"Somos un puente entre la ciencia y el mercado"

Fundación Circe cumple este año su 25 aniversario, ¿qué balance hace de este tiempo?

Lo más importante es haber consolidado un equipo de 150 trabajadores altamente cualificados, gestionando un presupuesto de unos 8 millones de euros, en una tierra como Aragón. Es un reto impresionante. Y mantenernos haciendo lo que hacemos en un entorno que no es el más fácil.

¿Es complicado para un centro tecnológico hacer investigación aplicada en esta Comunidad?

La transición desde la ciencia hasta el mercado, en el entorno industrial es conocida como ‘el valle de la muerte’ porque la mayoría de los resultados científicos no llegan nunca al mercado. Y nosotros estamos trabajando justo en esa zona. Somos algo así como ‘los barqueros del valle de la muerte’. Es una cosa que suena muy tétrica, pero es así; la mayoría de los desarrollos científicos no llegan nunca a implementarse.

¿Habla de investigación que no tiene ninguna utilidad?

El mercado es caprichoso. A veces ocurre que la tecnología, la investigación aplicada que haces, es tan desarrollada que llega antes de que sea demandada y no es necesaria o al revés, que llega demasiado tarde. El que manda es el mercado y nuestra misión es entender bien qué necesita en cada momento la empresa. Nuestro vector es la necesidad empresarial. Partiendo de eso y de nuestro conocimiento de los avances científicos tenemos que buscar la mejor solución tecnológica a los problemas industriales. No puedes vender lo que nadie necesita.

¿Qué logros destacaría de estos 25 años de trayectoria?

Estamos muy satisfechos de haber ideado metodologías que permiten ahorros energéticos, de haber colaborado con la mejora de la eficiencia de las redes eléctricas, de haber realizado soluciones para el vehículo eléctrico y estudios que han permitido mejorar las energías renovables.

En estos años, ¿ha habido algún punto de inflexión? ¿Algún hallazgo que haya marcado un antes y un después en el Circe?

Somos más de carrera de fondo que de sprint. De hacer un trabajo continuado y conjunto. No podría señalar puntos de inflexión, pero estamos muy orgullosos de haber entrado a tiempo en la operación y mantenimiento de las energías renovables. Y en el campo de la eficiencia energética en la industria que utiliza de forma intensiva la energía. En los orígenes, el visionario fue Antonio Valero, investigando la mejora del rendimiento de centrales eléctricas, y más tarde, Mariano Sanz. Seguimos luchando por un escenario energético más sostenible.

¿Qué es energía sostenible para el Circe?

Es conseguir el mismo grado de confort que venimos teniendo hasta ahora contaminando lo menos posible. Teniendo en cuenta que si ahora estamos en cien, mañana no podemos estar en 0. Hay que ir cambiando unos procesos por otros, en un continuo. Es difícil hacer algo disruptivo cuando hay cientos de millones de euros de inversión en tecnologías que además están ya amortizadas.

¿Llegar al cien por cien de energías limpias es una quimera?

Que el cien por cien de la energía sea renovable es posible, pero ponerle fecha es muy difícil. Pero si algo ha demostrado la tecnología es que es capaz de sorprendernos gratamente. El almacenamiento eléctrico era una quimera y en este momento está avanzando muy rápidamente. Tecnológicamente, llegar a que el cien por cien de la energía sea limpia es posible, pero habrá que ver cómo y a qué precio. Si eres el más limpio, pero el más caro eléctricamente y arruinas la competitividad de todas las empresas del país, no tiene sentido.

¿Cómo ve el actual debate energético con el carbón de fondo y los efectos que puede tener para Aragón?

España es parte de Europa y Europa ha anunciado claramente que está abandonando el carbón e implementando un plan para ayudar a las regiones afectadas en esa transición de la economía del carbón. Va a haber fondos y se pueden hacer cosas y tenemos que posicionarnos, porque manda el mercado, no la tecnología.