Heraldo del Campo

La hortaliza con sello oscense

Un grupo multidisciplinar ha unido esfuerzos para poner en valor el bróquil, una verdura de invierno típica de Huesca, muy poco conocida y mucho menos consumida.

Bróquil oellado, una de las variedades de esta hortaliza.
Bróquil oellado, una de las variedades de esta hortaliza.
V.B.

Se llama bróquil –aunque también es conocido como hijiau o hijudo– y es una hortaliza de invierno típica del norte de Aragón, que pertenece a la familia de las coles, pero destaca sensorialmente porque su sabor es mucho más suave. Se trata sin embargo de una especie poco conocida y menos consumida. Una circunstancia a la que quieren dar la vuelta el grupo multidisciplinar formado por Edita Yanguas (Centro público integrado de Formación Profesional Montearagón), Cristina Mallor y Miguel Angel Lordán (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, CITA) y Celia Montaner (Escuela Politécnica Superior de Huesca), que se embarcado en un proyecto que tiene como objetivo abarcar todo el ciclo del cultivo desde su conservación de las semillas hasta que llega en el plato al consumidor. Para ello cuentan también con la colaboración del Centro público integrado de Formación profesional San Lorenzo, que será el encargado de evaluar culinariamente dicha producción.

Los responsables del proyecto explican que actualmente las gran mayoría de plantas de bróquil que se cultivan en los huertos de la provincia oscense proceden de los viveros hortícolas Barbereta y Oliván, ubicados en Huesca. En estos centros se producen plantones de cinco variedades de dicha hortaliza –dos de bróquil verde y tres de bróquil pellado–. Y todas ellas son variedades tradicionales, es decir, «que son las que han mantenido los propios agricultores generación tras generación, no han sido sometidas a programas de mejoramiento genético y no suele ser habitual encontrarlas en los canales comerciales de venta de semillas», porque son los propios agricultores los que se encargan de multiplicar la semilla de cada variedad año tras año.

En cultivo

Una muestra de cada una de estas variedades se ha incorporado a la colección de semillas que se conservan en el Banco de Germoplasma Hortícola de Zaragoza ubicado en el CITA. Y ahora, concretamente el pasado 14 de septiembre, un conjunto de variedades de bróquil conservadas en el Banco de Germoplasma se cultivaron CPIFP Montearagón, con el objetivo de realizar un seguimiento del cultivo hasta la recolección.

«Podemos tener una visión global con todo el material vegetal que tenemos conservado en el banco de germoplasma», explica Cristina Mallor, investigadora del CITA, que detalla «primero vamos a ver como se comporta agronómicamente, pero después analizaremos también su comportamiento culinario».

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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