Por
  • Víctor Orcástegui

Teruel y el ferrocarril

Es posible que sean pocos -y quizá a los ocupantes de algunos despachos no les importaría que aún fueran menos-, pero los turolenses han demostrado una inusitada capacidad de resistencia y de lucha por el futuro de su provincia. En Teruel, la sociedad civil lleva ya muchos años movilizándose tras la bandera de ‘Teruel Existe’, un lema que hoy es conocido en toda España y que representa la reivindicación de esas anchas y despobladas tierras del interior cuyos habitantes no se resignan a la lenta extinción a la que parecen condenados..

Ahora las gentes de Teruel vuelven a dar en la diana y van a poner toda la carne en el asador para conseguir que la Comisión Europea tome conciencia de la necesidad de potenciar el eje ferroviario entre el Cantábrico y el Mediterráneo pasando por su provincia. La manifestación que se celebrará el 7 de octubre en Valencia, donde hay también una clara sensibilidad en favor de esta línea férrea, debería ser un punto de inflexión. Y tiene que contar con el apoyo de todos los aragoneses. No solo por solidaridad con la provincia más deprimida y marginada, sino porque el Cantábrico-Mediterráneo representa una oportunidad para potenciar el valor estratégico de la ubicación geográfica de nuestra Comunidad.

El estado de las vías del tren en Teruel es lamentable. Una vergüenza. Y quienes deberían avergonzarse son quienes, desde Madrid y tal vez también desde Zaragoza, no han movido las palancas necesarias para que este rincón de España disponga de un ferrocarril acorde con los tiempos y con las necesidades. Esta situación debe corregirse, en beneficio también del conjunto de la nación, cuya integración económica y humana será más sólida si no deja en el abandono, como ahora está ocurriendo, una gran parte de su territorio.

Los turolenses dan continuas lecciones de capacidad combativa, imaginación y coherencia. Teruel no solo existe, sino que resiste, persiste e insiste. Hay que conseguir que la Unión Europea no pueda mirar hacia otro lado.