Aragón, con el 7,8%, es una de las regiones con menos renuncias a herencias del país

A pesar de tener uno de los Impuestos de Sucesiones más gravosos, Aragón es la segunda región con menos renuncias a herencias del país. El año pasado se repudiaron 1.119 de los 14.231 legados registrados. Los notarios consideran que, pese a la fiscalidad negativa, se impone la peculiaridad del derecho foral aragonés, por el que de las deudas de un difunto solo se responde con su legado y nunca con el patrimonio del heredero, una excepción clave que se aplica exclusivamente en la Comunidad.

La disminución del valor de los bienes inmuebles y el efecto fiscal, en el que se incluye el pago del Impuesto de Sucesiones y la Plusvalía, son dos poderosas razones que suelen estar detrás de la renuncia a una herencia, según explica Dámaso Cruz, el decano del Colegio Notarial de Aragón. Recuerda, no obstante, que hay ocasiones en las que el rechazo es voluntario, sobre todo cuando se trata de padres mayores de 65 años que iban a recibir un legado y lo rechazan para que pase directamente a sus hijos a fin de evitar que tengan que pagar dos veces.

Desde el comienzo de la crisis, las renuncias han experimentado un crecimiento sostenido que el año pasado, con un 7,8%, alcanzó su máximo histórico. En 2007, se repudiaron 363 legados de los 12.545 registrados, el 2,8%; y los porcentajes se mantuvieron por debajo del 5% hasta 2012. Desde entonces, sufrieron un crecimiento sostenido que se aceleró, sobre todo, a partir de 2015, y que en los últimos años ha llevado aparejado un aumento en la presión ciudadana para que el Ejecutivo PSOE-CHAmodifique el Impuesto de Sucesiones.

Anivel nacional, Asturias, con un 15,20%, y La Rioja, con un 15,11%, son las autonomías donde más renuncias se registraron el año pasado. En el otro lado de la balanza se sitúa Galicia que, con un 7,59%, es la única región que mejora las cifras de la Comunidad.

Y eso que Aragón figura entre los campeones en el Impuesto de Sucesiones. Para el notario Honorio Romero, «fiscalmente somos los peor tratados del país», y ese agravio comparativo motiva «desplazamientos familiares a Madrid». También achaca a esta razón que Aragón no lograra atraer a las empresas que decidieron dejar Cataluña tras la consulta del 1 de octubre del año pasado.

En el rechazo de los legados también tiene influencia la disminución del valor de los inmuebles, que hace que a algunos herederos «no les salgan las cuentas». Cruz explica que ahora nos encontramos con pisos que se compraron en 2007 por un valor más elevado del actual y con hipoteca, de manera que el beneficiario de la herencia, aunque no responda con su patrimonio, ve riesgo, pues debe asumir la hipoteca y pagar Sucesiones y Plusvalías.

Algunos ayuntamientos, como Zaragoza, aplican bonificaciones a los herederos en el pago de Plusvalías, pero el problema es que el valor catastral de la vivienda no puede superar los 100.000 euros, y se ve limitada con ello la cifra de beneficiarios, explica Cruz.

Un futuro más halagüeño

La situación económica y la reducción de la fiscalidad deberían hacer que a corto plazo se reduzcan los legados repudiados. Al menos, es lo que esperan los notarios. Romero advierte de que «cuando la economía y el mercado inmobiliario van bien es muy difícil renunciar a una herencia».

Cruz también espera que la situación revierta. Recuerda, por un lado, que «la tendencia a la bajada del valor de los inmuebles se ha detenido, e incluso en Zaragoza se ha invertido», de manera que es más factible que un piso heredado reporte un beneficio mayor. Por el otro está la fiscalidad, con el proyecto de ley de reforma del Impuesto de Sucesiones que PSOE, PP, Ciudadanos y el PARestán dispuestos a sacar adelante en las Cortes. Tras su entrada en vigor quedarán exentas de tributación las herencias entre padres e hijos y cónyuges hasta 500.000 euros. Pero la situación podría variar si, finalmente, el Gobierno central opta por la armonización del impuesto y fija nuevas condiciones.