Aragón

Siete coches por habitante: los paraísos fiscales aragoneses para turismos, a pleno rendimiento

Varios municipios en toda España abaratan la tasa de matriculación de turismos para atraer a empresas y multiplicar sus ingresos.

Las empresas de renting son las principales benefactoras de los paraísos fiscales.
Efe

Hecha la ley, hecha la trampa. Decenas de localidades de prácticamente todas las provincias españolas se han convertido durante los últimos años, siempre al amparo de la legalidad, en auténticos paraísos fiscales. No se trata de municipios a imagen y semejanza de las Islas Caimán o las Seychelles, estados en los que se refugian las grandes fortunas mundiales para no cumplir con el fisco de sus países, sino pueblos, de tamaño por lo general modesto, en los que se reduce una tasa concreta con el ánimo de atraer contribuyentes.

Una treta que afecta de forma especial al ámbito de las matriculaciones de turismos. Ofreciendo un coste muy inferior al habitual en otros núcleos poblacionales, varias localidades logran congregar un parque de automóviles muy superior al censo que suman sus vecinos.

"Se trata, por norma general, de turismos a nombre de una persona jurídica, que habitualmente se corresponden con empresas dedicadas al renting de vehículos", indican desde Automovilistas Europeos Asociados (AEA), organización que anualmente localiza y cuantifica el alcance de los paraísos fiscales del mundo del motor.

Existen dos puntos en el mapa de Aragón con matriculaciones especialmente asequibles: Retascón y Fréscano, ambas en la provincia de Zaragoza. La primera contabilizó el año pasado, según los datos de AEA, 544 altas de turismos para una población de 73 habitantes. La segunda, una localidad de 203 vecinos ubicada entre Magallón y Mallén, sumó un total de 754 matriculaciones.

Estos guarismos dejan, por lo tanto, una relación de turismo por habitante superior a 7 (Retascón) y 3 (Fréscano). El alcance de la estrategia se ha ido extendiendo durante el último lustro: allá por 2013, el número de coches por vecino de Retascón era de 'apenas' 4.

Los ayuntamientos en cuestión, que gozan de escasas herramientas para obtener ingresos extraordinarios, recurren a esta táctica, que además de empresas logra atraer a un puñado de particulares que disponen de una segunda vivienda dentro de los límites del término municipal. Un vehículo por el que en Zaragoza se pagarían alrededor de 180 euros, en Fréscano se abonarían unos 70.

Los casos más evidentes

Aguilar de Segarra, un pueblecito de la comarca barcelonesa del Bages, matriculó el curso pasado 15.608 turismos, que de la mano de sus 263 vecinos arrojan un saldo superior a los 59 vehículos por cabeza. Casi nada. Le sigue el castellonense Sarratella (54) y el valenciano Puebla de San Miguel (34).

La Comunidad de Madrid es la que más paraísos fiscales automovilísticos acoge, lo que provoca una huida de pagadores de la capital, que en la legislatura pasada batalló infructuosamente desde los juzgados para recuperar unos ingresos que considera que le pertenecen, ya que se corresponden con turismos que circulan por sus calles a diario.