Los aragoneses ya no apuestan por irse a otras comunidades autónomas ni al extranjero

Por primera vez en la última década, la comunidad aragonesa registra un saldo migratorio positivo tanto entre comunidades autónomas como con el extranjero.

Varias jóvenes, en un aeropuerto español
Varias jóvenes, en un aeropuerto español
Efe

Aragón no tiene más habitantes que hace un año como ocurre en general en España, pero sí que consigue registrar un saldo migratorio positivo. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), 2017 fue el primer año desde el inicio de la crisis económica en el que Aragón anotó un aumento del saldo migratorio tanto con otras comunidades autónomas como con el extranjero. Es decir, un mayor número de personas (que residían en España o en otro punto del planeta) han trasladado su residencia a Aragón, mientras que ha descendido el volumen de aragoneses que han optado por vivir en otras comunidades o en el extranjero. Las variaciones no son elevadas, pero sí que evidencian un cambio de tendencia: los aragoneses ya no apuestan por irse a vivir a otros lugares.

Según el cálculo realizado entre las comunidades autónomas que conforman España, durante el pasado año, Aragón recibió a 11.337 habitantes de otros puntos del país (el primer año que asciende desde 2011). Por el contrario, hasta 11.191 vecinos de la comunidad aragonesa se fueron a otras regiones, lo que ofrece un saldo positivo de cerca de 150 personas; el primero en la última década.

La mejora de la situación económica de Aragón puede ser la razón que fundamente ambos procesos. Por un lado, los vecinos de provincias y comunidades colindantes buscan un empleo o formación en Aragón, mientras que cada vez menos aragoneses realizan el camino inverso. Esto explicaría que el intercambio de residentes con el País Vasco y Navarra haya registrado máximos históricos: un total de 612 llegaron desde Navarra y 432 lo hicieron desde el País Vasco. Con estos cambios, el flujo de población que se va a Aragón asciende a 11.337 personas, unas 180 más que el año anterior. 

En este contexto, Cataluña sigue siendo la comunidad que más personas aporta a Aragón, con cerca de 2.900 nuevos residentes. Según los datos del INE, esta hegemonía se mantiene a pesar de que en los tres últimos años se ha percibido un descenso importante. En 2008 llegaron a tierras aragonesas cerca de 4.000 catalanes.

De momento, parece que el proceso independentista (y la inestabilidad política del último año) no ha tenido especial incidencia en las decisiones de la población catalana a la hora de elegir Aragón como su futura residencia (las cifras registradas en 2015, 2016 y 2017 son similares). Además, esta misma tendencia a la baja se percibe con la Comunidad Valenciana (en 2017 llegaron 1.577, mientras que en 2008 eran más de 2.000), Andalucía y Madrid (en ambos casos se ha pasado de casi 1.500 en 2008 a menos de 1.300 en la actualidad).

Los aragoneses se quedan

A pesar de este ligero aumento de la población que apuesta por Aragón (no llega a 200 en el último año), el verdadero cambio de tendencia se sitúa en el descenso del número de residentes de la Comunidad que la abandonan: 1.000 menos que en 2016. Tal y como ponen en evidencia los datos del INE, en el último año, el flujo de población que se va de Aragón se ha reducido cerca de un 10%, alcanzando la cifra más baja de la última década: 11.191.

En este grupo, una vez más, Cataluña continúa siendo el principal destino. La cercanía geográfica y las oportunidades laborales y de formación que ofrece suelen ser claves para atraer a población de todos los puntos de España. Un total de 2.919 aragoneses se desplazaron a la comunidad catalana en 2017. Aún así son casi 600 menos que los que emprendían este camino en 2008.

Madrid (1,793), Comunidad Valenciana (1.663) y Andalucía (989) son los otros destinos predilectos de los residentes en Aragón. Por el contrario, pocos apuestan por emprender una nueva vida en Ceuta (24), Melilla (42) o Cantabria (121).

Segundo año positivo en el extranjero

Si se tiene en cuenta los flujos de migración entre Aragón y el extranjero, la tendencia vuelve a ser positiva. 2017 es el segundo año en el que se registra un balance al alza tras los peores periodos de la crisis económica. En aquel momento descendió la población que se afianzaba en Aragón desde diferentes puntos del planeta, mientras que cientos de aragoneses se iban fuera en busca de un empleo.

Ahora la situación está volviendo a la “normalidad” y hay más extranjeros interesados en tierras aragonesas que a la inversa. En concreto, el último año llegaron a la Comunidad 11.777 extranjeros (una cifra que no se había registrado dese 2009) y 10.758 residentes de Aragón se marcharon fuera de las fronteras españolas (más del 80% son extranjeros que seguramente regresaron a sus países de origen). Los recién venidos proceden principalmente de Rumanía (2.197), Nicaragua (1.058), Colombia (886) y Marruecos (881).

Sin embargo, este saldo migratorio positivo no consigue mejorar las cifras demográficas de Aragón. Debido al déficit de nacimientos registrado en los últimos tiempos y a las elevadas tasas de mortalidad, se mantiene una tendencia a la baja que difícilmente podrá mejorar en los próximos años. Tal y como recalca el catedrático en Sociología de la Universidad de Zaragoza, Carlos Gómez, la única solución se encuentra en que continúe aumentando la población extranjera que apuesta por Aragón y tenga descendencia en la comunidad.

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