Por
  • Luis H. Menéndez

Agroalimentación e industria

Crece la economía aragonesa más que la media española (en 2017 fue la comunidad autónoma con el mayor incremento del PIB) y no es por casualidad. Si fuésemos más, dependiésemos un poco menos de la fábrica de Opel en Figueruelas y tuviésemos más empresas medianas nos iría aún mejor, pero contamos con fortalezas más que destacables. Progresamos adecuadamente, no sin dificultades y con el reto de evitar las desigualdades, y las expectativas de futuro son optimistas. El rey Felipe VI lo constató y reflejó en el discurso que pronunció en Zaragoza el pasado viernes en la celebración de los 800 años de historia de Casa de Ganaderos, horas después de visitar e inaugurar las flamantes instalaciones del fabricante de colchones Pikolin en Plaza.

La presencia del Monarca en los dos eventos y las palabras de ánimo y reconocimiento por la labor realizada en ambas empresas suponen un espaldarazo a dos sectores de gran peso en la economía de la región, el agroalimentario y la industria, referentes y diferenciales en un país con un PIB en el que tienen más protagonismo los servicios. Cómodo se vio a Felipe VI conociendo los proyectos y vicisitudes de dos firmas de gran solera en la comunidad autónoma aragonesa y, especialmente, al hablar y saludar a las personas que hacen posible su positiva evolución.

La potencia industrial de una región como la aragonesa le permite aguantar las crisis mejor que aquellas que no cuentan con producción fabril, fijar mejor empleo y mirar hacia adelante de modo positivo siempre que haya apuestas por la I+D+i, clave para mantener índices de exportaciones muy superiores a los que nos corresponderían por el tamaño de la comunidad autónoma. Opel y la automoción en su conjunto son el gran motor, sin duda, pero nada desdeñable resulta la contribución al PIB de firmas como la propia Pikolin, BSHElectrodomésticos, Saica, Lecitrailer, HMYYudigar y Becton Dickinson, entre otras, compañías que arrastran a su vez una actividad logística que fortalece aún más nuestras cifras de crecimiento.

Un papel muy especial representa en el empuje de la economía regional, asimismo, el sector agroalimentario, con el valor añadido de fijar población en el medio rural y vertebrar territorio. Lo dijo el Rey el pasado viernes en la Sala de la Corona del edificio Pignatelli, sede del Gobierno autónomo: "En Aragón el campo es el eslabón imprescindible de una cadena agroalimentaria que integra un complejo de actividades industriales, logísticas y comerciales y que incluye, también, importantes servicios avanzados, entre los que no faltan las acciones vinculadas a la I+D". "Las actividades ligadas al campo", añadió, "son fuente de riqueza y factor de reequilibrio y de vertebración territorial".

El discurso de Felipe VI estuvo marcado en gran parte por las referencias históricas vinculadas a Casa de Ganaderos y al papel de la actividad que se desarrolla en el campo y, en especial, a lo que Aragón y los aragoneses representan para la jefatura del Estado. "Me uno con alegría a este ‘ligallo’", dijo en alusión a la palabra que refiere la reunión anual de ganaderos y pastores, "en muestra de reconocimiento y aprecio a esta noble tierra aragonesa que tanto aporta con sus valores y el compromiso de sus gentes a la historia de España".

Tras valorar la trayectoria de Casa de Ganaderos, el Rey quiso poner de relieve "el meritorio y exitoso esfuerzo de internacionalización" que ha llevado adelante el sector agrolimentario, "especialmente destacable en los ámbitos cárnico y vinícola". Sus elogios llegaron al extremo de afirmar que "el campo aragonés es ejemplo para toda España, mira al futuro y expresa su decidido compromiso con el desarrollo de esta tierra tan querida".

Con este canto a Aragón en toda regla, y como reconoció luego en conversaciones en privado, Felipe VIdemostró cuánto valora el papel de nuestra región en esa cohesión territorial de España que algunos cuestionan.