Giménez Larraz defiende el papel de las víctimas del terrorismo como "símbolo moral de la democracia"

Las Cortes de Aragón recuerdan al político aragonés asesinado hace 17 años en Zaragoza. "La palabra paz no puede llevarse por delante la de la justicia", dice el hijo de la víctima.

Manuel Giménez Larraz –segundo por la izquierda–, aplaude a Ignacio Durbán, premiado por la fundación, ayer, junto a la presidenta de las Cortes, Violeta Barba.
Manuel Giménez Larraz –segundo por la izquierda–, aplaude a Ignacio Durbán, premiado por la fundación, ayer, junto a la presidenta de las Cortes, Violeta Barba.
José Miguel Marco

La celebración del homenaje a la palabra en recuerdo de Manuel Giménez Abad, presidente del PP-Aragón asesinado por ETA el 6 de mayo de 2001, se convirtió este viernes en una defensa del Estado de derecho ante el comunicado de la disolución de la banda terrorista. Manuel Giménez Larraz, hijo del político asesinado, defendió el papel fundamental de su padre y de tantas víctimas de terrorismo como un "símbolo moral" que recuerde la posibilidad de vivir en paz, conviviendo los unos y los otros, disfrutando de alegrías, superando tristezas y tratando de ser felices.

En un emotivo discurso, el copresidente de la Fundación Manuel Giménez Abad rememoró a su padre como letrado, político, humilde representante de los ciudadanos en Aragón, compañero y amigo. Dijo que fue "un ciudadano ejemplar y un buen hombre", y además agradeció a la fundación creada entre todos los partidos de las Cortes de Aragón hace 16 años, por "presevar" y "engrandecer" su figura hasta en Latinoamérica. "Fue asesinado por ETA por representar los valores democráticos de igualdad, libertad y pluralismo político", aseguró, como los motivos por los que ETA mató a su padre en la calle Cortes de Aragón cuando se dirigía al fútbol con su hijo Borja.

El hijo de Giménez Abad no creyó que la disolución de ETA fuera voluntaria sino que, para él, en realidad fue "judicial" en la jerga mercantil. En este sentido, defendió la victoria del Estado frente al terrorismo después de librarse "un firme pulso de los demócratas durante décadas" que supuso derramar sangre y muchas lágrimas de dolor, rabia e impotencia por el camino. Alegó que la unidad de las principales fuerzas políticas y el uso de herramientas del Estado de derecho fueron los elementos fundamentales para vencer a la banda terrorista.

"El Estado arrinconó a ETA"

"El anuncio de ETA es la escenificación de su derrota", resaltó Giménez Larraz respecto al encuentro celebrado ayer en Cambo (Francia) que impulsaron varias organizaciones con el Grupo Internacional de Contacto y en el que reclamaron el acercamiento de los presos al País Vasco sin criticar su pasado. El hijo del político asesinado hizo un llamamiento al Estado para que "no negocie nunca condiciones políticas" con grupos afines a la banda que carecen de representatividad significativa.

"Nuestro Estado fue capaz de arrinconar a ETA y dejarla moribunda", destacó en una intervención muy aplaudida en el Salón San Jorge de las Cortes de Aragón. Resaltó, además, que si se ha rendido la banda terrorista se ha logrado mediante "la utilización única y exclusiva de vías democráticas" y por el Estado, que supo "asfixiarla socialmente" al ilegalizar todo su entramado social que "desempeña un papel fundamental en su estrategia del terror".

"La palabra paz no se puede llevar por delante la palabra justicia", proclamó, rotundo, Manuel Giménez Larraz ante los asistentes, entre los que se encontraba su madre, Ana, y el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quien declaró, a través de Twitter: "Lo importante del día de hoy es rendir homenaje a la memora del hombre bueno asesinado, no el indigno y despreciable acto propagandístico de los asesinos etarras, vencidos hace mucho por la democracia".

Nacionalismo excluyente

Giménez Larraz advirtió del peligro del nacionalismo étnico y excluyente que ha causado las mayores tragedias de la historia contemporánea en España, en referencia de la dinámica en la que actuó la banda terrorista ETA. Frente a la igualdad de los ciudadanos, agregó que ese nacionalismo se dedicó a "enfatizar las diferencias" entre aquellos que tenían Rh positivo o negativo y la "soberbia desmesurada" por la pertenencia a una nación.

Para defender la prevalencia de la democracia ante la deslegitimación política de ETA, hizo una defensa cerrada del "respeto absoluto" del Estado de derecho y los valores constitucionales. Además, hizo como bandera la "razón ética y moral" que defienden las víctimas que no han asesinado, ni extorsionado, ni secuestrado, ni jaleado a los violentos".

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