Aragón

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XII Concurso de relato breve de Heraldo

Pasados los Aguarales me despierto. Suena la Ronda, como siempre en el coche de mis padres. Y al bajar la Collada ya se ve. En mi cabeza la misma pregunta de siempre cuando ya nos acercamos al cartel que nos da la bienvenida, “¿quién estará?”.

Beso a mi abuela y me voy corriendo. Toco el timbre de Víctor, lo primero que hago siempre al llegar. Cuando nos juntamos nos gusta bajar a la Fuente Vieja a coger cangrejos, pero volvemos con los cubos vacíos, como siempre. Hay que ir rápido a cenar, a ver quién termina antes para volver a salir. Bote-bote, la cadeneta, marro… las calles se llenan de gritos y risas esperando que toquen las 12 para volver a casa.

Y ahora yo, recorro sus calles, en silencio, recordando los lugares donde jugábamos. A la pista se le han borrado las líneas, y en la plaza del Ayuntamiento ya no se juega más a bote-bote. Persianas bajadas, puertas cerradas. Sonrío al escuchar que todavía queda algún corro de mujeres charrando en un banco. Suenan 12 campanadas. A casa.

Lea todos los relatos que participan en el concurso.

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