Los técnicos descartan el desalojo de las poblaciones de la Ribera Alta del Ebro

Los vecinos de Boquiñeni, Pradilla, Alcalá y Cabañas de Ebro no serán desalojados. Así lo han decidido los responsables del operativo de emergencias tras reunirse esta tarde y valorar la situación basándose en los aforos del río a su paso por Tudela. Según fuentes de la DGA, la rotura de algunas motas aguas arriba y el efecto del refuerzo de otras han hecho que la crecida se esté conteniendo. A ello está contribuyendo también la aportación de los afluentes del Ebro, que están frenando el avance del agua con un efecto laminado.

Con la información que manejan los técnicos de la CHE, se prevé que la punta de la crecida llegue a Novillas entre las diez y las doce de la noche de este viernes. En principio, se calcula que lo hará con unos 2.500 metros cúbicos por segundo "escasos", lo que no haría necesario ninguna evacuación. En cualquier caso, se va a seguir "al minuto" el avance de la riada por si se produce alguna filtración o contigencia que obligue a replantearse la situación. De lo contrario, el centro de coordinación de Protección Civil no volverá a reunirse hasta este sábado a mediodía.

Visita de Lambán a la zona

Lambán, desde la zona de la Ribera Alta que este viernes ha visitado de nuevo para conocer 'in situ' el desarrollo de la riada, ha explicado a los medios que por Tudela (Navarra) el río ha pasado con entre 25 y 30 centímetros menos que lo hizo en 2015, año en el que se produjo una crecida extraordinaria.

Por eso, una vez visto el criterio de los técnicos y de los alcaldes, se ha decidido no desalojar ninguno de los cuatro municipios estaba en riesgo.

En cualquier caso, ha recordado que las personas con movilidad reducida y los discapacitados ya han sido evacuados en horas pasadas, y por eso si hubiera que tomar una decisión contraria, sería "fácil" de llevar a cabo. "Una hipotética evacuación sería sencilla", ha enfatizado Lambán.

Los técnicos que siguen desde del puesto de mando de Luceni la evolución de la crecida del Ebro son más optimistas que esta mañana acerca de la magnitud de la riada, pero el presidente de Aragón, Javier Lambán, aunque ha reconocido que las cosas "están mejor de lo previsto", insiste en que "no hay que bajar la guardia".

Lambán ha vuelto a visitar esta tarde, como hizo el jueves, la zona de la Ribera Alta del Ebro más afectada por la crecida del río, y desde Novillas y flanqueado por el alcalde, José Ayesa, ha asegurado que la alarma "tiene que seguir activada al máximo" y los operativos, "dispuestos a cualquier actuación", porque prefiere "pecar de alarmista" antes que tranquilizar a la población.

Ayesa ha agradecido a los Gobiernos de Aragón y España, y sobre todo a la UME, la "categoría extraordinaria" que han demostrado al defender a los habitantes de la ribera en un siglo "terrorífico" en lo que a las avenidas del río se refiere.

El presidente, a este respecto, ha insistido en que aunque las noticias son más optimistas que lo que eran este viernes por la mañana, la experiencia le aconseja "poner un punto de pesimismo" y tomar las mismas medidas que si se estuviera ante "el peor de los escenarios".

"Las cosas se están haciendo bien, se tiene tantea experiencia que los protocolos se han activado de manera impecable, y creo sinceramente que todas las administraciones han estado a la altura de las circunstancias ante un fenómeno natural incontrolable", ha reconocido el presidente aragonés.

Ha añadido que la coordinación entre las administraciones está siendo "espléndida" en la gestión de la amenaza y especialmente ha destacado el papel de los alcaldes ribereños. "Todo lo que ocurra será porque tiene que ocurrir y no porque las administraciones hayan tenido imprevisión o haya habido falta de medios", ha enfatizado.

Más limpieza en el río

Ayesa, por su parte, se ha referido a la necesidad de reclamar "políticamente" de que "de una vez por todas" se limpie el río y que haya leyes que favorezcan esta limpieza.

Ha rememorado la gran riada de 2003, que literalmente le dejó "en calzoncillos", y ha asegurado que a pesar de que todo este tiempo el pueblo ha emprendido una lucha "virulenta" contra el Ebro, no puede dejar de "adorarlo". Ni a la naturaleza que le rodea y que, ha asegurado, "nos da la vida".

A este respecto, Lambán ha dicho que el Gobierno de Aragón tiene previsto este año hacer limpiezas forestales en las riberas, aunque "la legislación respecto a la limpieza de cauces es tan restrictiva que es prácticamente imposible actuar", ha lamentado.

Aunque incurriendo en "una especie de pecado mortal medioambiental", el presidente ha reconocido que es partidario de que haya limpieza en el río, a pesar de que ese tipo de actuaciones, como la extracción de gravas, están prohibidas, de tal forma que se crean islas y obstáculos que "pueden resultar absolutamente fascinantes desde el punto de vista de la recreación visual pero que entorpecen el normal desenvolvimiento del cauce y provocan efectos totalmente indeseables".

No obstante, los esfuerzos deben de centrarse ahora en "tratar de aliviar los daños" de la riada y en procurar que los efectos colaterales sean "los menores posibles".

Una vez que el agua vuelva a su cauce, habrá que seguir hablando, ha dicho Lambán, en un foro de comunicación permanente con los alcaldes, como ya se hace, para ver la manera de ensanchar el dominio del río.

Se podrá estudiar si esa medida se puede llevar a cabo mediante "la posible adquisición de fincas" aledañas al cauce o "con las fórmulas que se consideren oportunas", ha concluido.

Visita de Tejerina

La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, visitará este sábado Zaragoza y la comarca navarra de La Ribera para conocer de primera mano la situación ante la crecida del río Ebro.

La titular de Medio Ambiente participará a mediodía en la capital aragonesa en la reunión del Centro de Coordinación Operativa de Aragón, encargado de coordinar los trabajos de emergencia desplegados ante la crecida del Ebro.

Tras la reunión, Tejerina tiene previsto visitar la comarca navarra de La Ribera, también afectada por la crecida del río Ebro, según ha informado el Ministerio.