Aragón

"No todos los indigentes somos adictos y vagos"

Fernando, que fue empresario de éxito y hoy no tiene recursos.
Toni Galán

"Soy un indigente más. Indigencia, según la RAE es ‘falta de medios para comer, vestirse...’. Yo no tengo nada", indica Fernando, que habla de forma serena y con exquisita educación, a pesar de la dureza que dibujan sus palabras.

Siente que la sociedad le ha dejado a un lado desde hace años contra su voluntad e intenta revertir la situación. "Sigo siendo útil, tengo cosas que aportar", señala y censura que el imaginario colectivo aplica a las personas sin recursos muchos clichés negativos. "Estas ideas en muchos casos no se ajustan a la realidad: la mendicidad, las adicciones, la incultura, la suciedad, la vagancia, la mala educación o la enfermedad mental son elementos que influyen en algunas personas pero no son causas comunes ni clasifican a todos cuantos padecen de esta situación, en principio transitoria", opina.

Esta es la percepción que Fernando tiene desde "la sima" en la que se halla, "un lado opaco y triste" de la ciudadanía, olvidado, cuando está a escasos metros de todos nosotros. Los estereotipos, "consolidados durante años en la mayoría de individuos, no solo provocan y multiplican la indigencia económica "también arrastra otra de tipo social que conlleva a la exclusión y a la invisibilidad".

Privado de derechos

En su discurso se cuela repetidas veces su voluntad de volver al mundo laboral, poner de nuevo en marcha los conocimientos y aptitudes que adquirió trabajando durante años en su empresa y volver a ser útil a la sociedad.

Anhela una oportunidad desde hace cuatro años, una vuelta al mundo laboral que está tardando y por ello ha decidido no esperar sentado. "Me he puesto en contacto con Cáritas para ofrecerme como voluntario, en lo que les pueda ayudar con mi formación", comenta Fernando, desterrando, lejos de sí una vez más, los clichés y los estigmas asociados a su situación.

Fernando se siente "cruelmente privado" de derechos regulados en la propia Constitución Española: "Mi derecho al trabajo y a la dignidad de la propia vida, por mucho que esta me haya llevado a una situación que traspasa la desesperación".