Las lluvias alivian los embalses y provocan la primera avenida ordinaria del Ebro

El volumen de agua almacenada ha crecido 323 hectómetros en solo una semana. El caudal del río ha subido esta madrugada hasta los 744 m3/s.

Las lluvias aumentan el caudal del Ebro
Las lluvias han elevado estos días el caudal del Ebro.
Oliver Duch

Las intensas precipitaciones registradas el día de Reyes en Aragón han alterado el volumen de agua embalsada y el caudal del Ebro, que vivió su primera avenida ordinaria a su paso por Zaragoza. Tras alcanzar los 744 metros por segundo en la madrugada de este martes, la previsión es que el caudal se mantenga por encima de los 600 m3/s al menos hasta el jueves.

Estos valores, aunque "habituales" para estas fechas según la propia Confederación, contrastan con los 122 metros cúbicos por segundo del 28 de diciembre. También con la media del mes, que ronda los 368 m3/s. Marcan, asimismo, el máximo de enero, que hasta ahora recaía en los 506,8 metros cúbicos por segundo del día 4 a las 13.30. Las consecuencias de esta primera avenida ordinaria ya se apreciaban ayer en la ribera del Ebro, donde algunos caminos resultaban impracticables para vehículos y paseantes.

Los embalses siguen sin alcanzar el nivel de 2017 (4.414 hectómetros cúbicos por estas fechas) ni el promedio de los últimos cinco años (5.058). No obstante, el volumen de agua embalsada se ha incrementado en 323 hectómetros cúbicos en solo una semana. Se ha notado, sobre todo, en la margen izquierda. Los 4.189 hm3 actuales contrastan con los 3.865 de principios de año. Esto hace que los pantanos estén al 54,8%, porcentaje que se traduce en una recarga del 4,2% respecto al primer parte semanal de 2018 de la CHE.

Yesa, Mediano y Mequinenza han registrado las mayores subidas. En el primer caso, el incremento ha sido del 14,2%. En cuestión de siete días, Yesa ha pasado de 159 hectómetros cúbicos a 222,9. Mequinenza, por su parte, almacena 126,9 más que a comienzos de año. Esto se debe, según explican desde la Confederación, a que recoge todos los incrementos que se producen aguas arriba.

Mediano sigue lejos de los 337,1 hectómetros que marcaba hace un año. Ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que en la última semana ha registrado una variación del 6% que se traduce en 124,5 hm3 (26,1 más). También significativos son casos como el del pantano de Lanuza, que no llegaba a los seis hectómetros cúbicos y ahora roza los 11 (+29,17%). Más testimoniales han sido los incrementos registrados por el embalse de Vadiello– del que se abastece la ciudad de Huesca–, que crece un 3,8%, pero no llega al dato de 2017 ni al promedio del último lustro.

Precipitaciones de récord

Las precipitaciones han hecho que los pantanos de la cuenca del Ebro se acerquen a las marcas de otros años. También permitirán que nazca el cereal. Ha de tenerse en cuenta, además, que la cantidad de nieve acumulada habría registrado una importante subida debido a las nevadas de este fin de semana en el Pirineo.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé nuevos episodios de cara al fin de semana, aunque no tan intensos como el del día 6. Ese día, Zaragoza registró tantas lluvias como en los últimos cuatro meses juntos. Los 29,4 litros por metro cuadrado que anotó la estación de Valdespartera suponen un récord del mes de enero dentro del periodo 1981-2010 que la Aemet toma como referencia, aunque no son el máximo histórico, ya que el 24 de enero de 1951 cayeron 37,5 litros.

bastan para pulverizar las marcas del último cuatrimestre. En septiembre, según los registros de la Agencia Estatal, se acumularon 13 litros y en octubre, cuatro. En noviembre se contabilizó uno solo y en diciembre, ocho.

En Calanda también llovió tanto como en los últimos cuatro meses. Otros municipios que registraron precipitaciones significativas fueron Tarazona (41 litros), Bailo (31) o Almudévar (32).

El Burgo, ejemplo de la escasez de 2017

La sed que arrastran los municipios aragoneses por la sequía se refleja en casos como el de El Burgo de Ebro, que ha pasado de acumular 421,5 litros en 2016 a 123,5 en 2017. Sus registros pluviométricos confirman que este último año ha sido peor que los cinco anteriores.

La culpa la tienen, en parte, los apenas 10 litros acumulados en el segundo semestre, dato que contrasta con los 117,5 que cayeron en entre julio y diciembre de 2016, los 154,5 de 2015 o los 209 de 2014. En septiembre se contabilizaron únicamente tres litros, mientras que octubre, noviembre y diciembre cerraron el año con apenas un litro acumulado. Marzo, con 27,5, marcó el máximo del ejercicio.

El global de 2017 también queda por detrás de los 275 litros de 2012, un año considerado como seco. Esta, en todo caso, ha sido una tendencia generalizada en la provincia de Zaragoza, que despidió en diciembre el otoño más seco de los últimos 40 años.

Entre septiembre y noviembre cayeron únicamente 18 litros por metro cuadrado en Zaragoza capital, el peor dato del periodo que la Agencia Estatal de Meteorología toma como referencia (de 1981 a 2010). No en vano, hay que remontarse hasta 1978 para encontrar un nivel inferior (13,5 litros).

Las últimas lluvias, que descargaron más de 20 litros en numerosos puntos de la Comunidad, como Ejea, Quinto o Valmadrid, mejorarán, a buen seguro, los registros de localidades como El Burgo, que en 2017 comenzó el año con apenas cinco litros acumulados en enero y 18,5 en febrero.

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