Un crimen machista y con ensañamiento por el que pasará al menos 22 añosy medio en prisión

El Jurado declara culpable de asesinato a Salvador Gázquez por 42 cuchilladas mortales y una vida de dominación.

El acusado, Salvador Gázquez, accediendo a la sala de vistas de la Audiencia de Zaragoza para escuchar el veredicto del Jurado.
El acusado, Salvador Gázquez, accediendo a la sala de vistas de la Audiencia de Zaragoza para escuchar el veredicto del Jurado.
José Miguel Marco

Salvador Gázquez Rico mantuvo dominada durante 21 años de matrimonio a Coral González, haciendo prevalecer sus decisiones en todos los temas importantes. Cuando ella decidió poner fin a semejante sometimiento y separarse de su marido, este la atacó por sorpresa en la cama y le asestó un total de 42 cuchilladas. No eran necesarias tantas heridas para provocar una muerte, pero de esta forma incrementó de forma deliberada el sufrimiento y dolor de su esposa. A todas estas conclusiones llegó este lunes el Jurado del crimen de la avenida de Cataluña para fundamentar un severo veredicto en el que declara culpable de asesinato –con las agravantes de alevosía, ensañamiento, discriminación de género y parentesco– a su autor, al que no aprecia ni una sola atenuante y que será condenado a un mínimo de 22 años y medio.

El Tribunal Popular –integrado por seis mujeres y tres hombres– no da ninguna validez a la declaración que el primer día del juicio hizo Salvador Gázquez. De hecho, aunque admite que la víctima había iniciado una relación extramatrimonial vía Whatsapp, el Jurado no considera probado que Coral González se valiera de ello para humillar o ningunear a su marido. Es más, considera que el encausado aceptó «en pocos días» la ruptura sentimental y que su principal motivo de angustia eran los términos económicos de la separación.

Frente a la versión del asesino, los integrantes del Tribunal Popular están convencidos de que Coral González no se hallaba de pie y despierta sino «tumbada en la cama, dormida, semidormida o simplemente desprevenida» cuando su marido la atacó con un cuchillo de 17 centímetros de hoja «de manera inesperada y sorpresiva». Las heridas defensivas que presentaba en las manos demuestran que la mujer intentó protegerse, «pero no pudo impedir ser apuñalada hasta 42 veces».

Los forenses dejaron claro que el encausado no presentaba ninguna patología o trastorno psicológico que pudiera explicar lo que hizo la madrugada del 16 de diciembre de 2016. Y así lo refleja también el Jurado en su veredicto, descartando también una posible atenuante.

Los gritos y peticiones de auxilio de la víctima sobresaltaron el sueño de sus vecinos, que llamaron enseguida a la Policía. Cuando poco después una patrulla llamó a la puerta, Salvador Gázquez, todavía manchado de sangre, les franqueó el paso y les dijo que acababa de matar a su esposa. Sin embargo, tampoco eso ha sido reconocido como una atenuante de confesión por el Tribunal Popular. Ni ello, ni el hecho de que el homicida aportara los 75.000 euros que le exigió el juez instructor para indemnizar a la familia de la fallecida. Razones que llevan a la defensa, a cargo de Javier Notivoli, a calificar de «durísimo» el pronunciamiento.

La Fiscalía pide ahora que el magistrado-presidente, Juan Alberto Belloch, condene al asesino a 25 años de cárcel. La misma pena proponen la acción popular, a cargo del letrado de la DGA, y las acusaciones particulares, de las que se encargan Altamira Gonzalo y Rosa Fernández. El Jurado se mostró en contra del indulto.

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