El frío dispara hasta un 30% las estancias en el Refugio y los albergues

Ayuntamientos y organizaciones activan ya sus recursos para atender la demanda

Un transeúnte pide ayuda en el paseo de la Independencia, en una foto de esta semana
Un transeúnte pide ayuda en el paseo de la Independencia, en una foto de esta semana
Aránzazu Navarro

La llegada del frío, que hará caer las mínimas por debajo de los cero grados en varios puntos de Aragón a partir de mañana, se nota ya en el Refugio y en los albergues municipales de Zaragoza, Huesca y Teruel, donde se espera que las pernoctaciones aumenten hasta un 30%.

El Refugio encara estas fechas con todas sus plazas ocupadas. "Unas 80 personas desayunan, comen y cenan aquí todos los días", explica su hermano mayor, Santiago Sánchez. Aclara, no obstante, que "siempre hay hueco para aquellos que lo necesiten", ya que, en caso de frío intenso, "se pueden habilitar nuevos espacios e instalar colchones en la capilla".

El viento, la caída de las temperaturas y el fin de la campaña de recogida de la fruta han hecho que estos días haya mucho más movimiento en el Refugio. La previsión, no en vano, es que esté lleno "hasta la primavera". "Lo habitual es registrar incrementos de entre el 20% y el 30% por el frío. La economía mejora, pero aún falta para que la recuperación llegue a este sector de la población", añade Sánchez.

La mayor demanda suele registrarse entre diciembre y febrero, meses en los que, si es necesario, se refuerza el número de voluntarios "e incluso el del personal de cocina". Entre los usuarios "hay gente de Zaragoza, pero también de fuera". "Son personas a las que les cuesta reincorporarse al mercado laboral. Los hay que lo ven ya muy difícil. En los últimos años, el perfil ha variado. Se percibe, sobre todo, en la edad media. Muchos tienen entre 30 y 50 años", explica.

En cuanto al sexo, no hay cambios, dado que sigue habiendo más hombres que mujeres. En estas épocas, como ha ocurrido otros años, los usuarios pueden alargar su estancia, que habitualmente ronda los 15 días.

El albergue municipal de Zaragoza también se prepara para el frío. El Consistorio prevé activar el protocolo de emergencia en torno al día 20 a fin de garantizar que nadie dormirá al raso este invierno.

En 2016, al menos 388 personas hicieron uso de este alojamiento entre el 22 de noviembre y el 31 de marzo. El albergue, según explican desde el área de Derechos Sociales, estuvo abierto 129 noches. En total se registraron 5.058 estancias, a razón de 39 usuarios por noche. Cada uno estuvo allí una media de 13 días.

El Ayuntamiento recalca que "no fue preciso contratar ninguna estancia fuera" y que, además del albergue, Zaragoza "dispone de diez viviendas en las que viven otras tantas personas". También que a final de año se presentará un plan estratégico sobre ‘sinhogarismo’ que abordará la reforma del albergue y propondrá diversas opciones "para asegurar el derecho a una alternativa habitacional digna para todas las personas".

Ampliación de plazas

En Huesca, el Ayuntamiento ultima ya todos los preparativos, ya que el termómetro caerá el miércoles hasta los cero grados. "Por estas fechas, el albergue amplía su capacidad y pasa de 24 a 36 camas", explica la concejala de Servicios Sociales, Silvia Mellado.Señala, en este sentido, que si las previsiones llegasen a desbordarse "se recurriría a pensiones".

"También se flexibilizan los criterios de admisión e incluso se da la posibilidad de estar todo el invierno", apunta. En 2016 se registraron un total de 7.277 estancias (6.788 en el albergue y 489 en pensiones). Mellado, en todo caso, cree que el incremento de usos está más ligado "a la existencia de trabajos temporales que a las cuestiones climatológicas".

Destaca, por otra parte, la estrecha colaboración con la Policía Local, que vela por que ninguna persona duerma en la calle.

El albergue de Teruel, situado en la céntrica calle de Hartzenbusch, tiene todo dispuesto para afrontar el invierno, época en la que registra las máximas ocupaciones. No en vano, las diez plazas que oferta solo se completan al 100% en los meses más crudos.

En 2016 se dio entrada a transeúntes mientras hubo camas disponibles. No obstante, la consecución de tres días de mal tiempo hizo que las solicitudes superaran la oferta y el Ayuntamiento tuviera que derivarles a establecimientos hosteleros de la ciudad asumiendo los costes.

Modificación del reglamento

El concejal de Servicios Sociales de Teruel, Joaquín Tomás, asegura que el Ayuntamiento estudiará alguna modificación en el reglamento del albergue, ya que en el invierno varios transeúntes "se quedaron" en el establecimiento con largas estancias y produjeron algunos "problemas de convivencia" cuando los veteranos pretendían imponer sus criterios.

Tomás aboga por tomar medidas para evitar que se repitan estas situaciones y garantizar así un uso "racional" de los recursos disponibles estableciendo límites a estas estancias.

Este invierno, la afluencia estará marcada por las temperaturas. Quienes se queden allí contarán con calefacción y equipamiento para soportar las heladas. Cáritas y Cruz Roja colaborarán con la aportación de ropa de abrigo.

Mantas, bebidas calientes y orientación

Cruz Roja Zaragoza, que actualmente cuenta con 72 voluntarios en activo, es otra de las entidades que trabajan para mitigar los efectos del frío en las calles de la capital. Su unidad móvil sale de lunes a viernes para ayudar a quienes más lo necesitan y velar por su estado de salud. "Cuando la sensación térmica cae por debajo de los cero grados se activa el protocolo del frío y sale también los sábados y domingos", apunta Lucía Conde, trabajadora social de Atención Diurna y responsable del proyecto de Cruz Roja.

En total, se cree que en Zaragoza hay unas 150 personas en esta situación. Así, al menos, lo recoge el ‘IV Estudio de Personas Sin Techo’, realizado por la propia Cruz Roja en 2016. La mayoría, según consta en el informe, "están en la calle por falta de trabajo y de cobertura social".

Muchas de estas personas pasan las noches en parques o en cajeros. La mayoría son hombres y "cada vez más jóvenes", según han podido constatar en los últimos ejercicios los propios voluntarios. Aunque el grueso acepta la ayuda de buen grado, los hay que rechazan su presencia.

Los recursos

La entidad proporcionó 63 mantas, 30 sacos de dormir y 498 bebidas calientes entre noviembre de 2016 y marzo de 2017, recursos que vuelve a repartir por estas fechas. "También se les orienta e informa acerca de los recursos de alojamiento disponibles en la ciudad. Se les ofrece incluso trasladarlos hasta allí", destaca Conde.

El objetivo es "que pasen la mayor parte del día en lugares cerrados, que ninguno tenga que dormir en la calle y que todos tengan ropa de abrigo suficiente" para soportar las heladas.

Para conseguirlo, explica, es importante "la colaboración ciudadana". "Son muchos los viandantes que llaman al ver a una persona ante una situación de emergencia", reconoce.

Los voluntarios se encuentran en invierno "una situación similar" a la que se vive en el resto de estaciones, ya que, a pesar de los incrementos que se registran al acabar la recogida de la fruta, el número de personas que pasan las noches a la intemperie suele permanecer estable. "A estas personas se les hace un seguimiento todo el año. Muchas agradecen el café y la conversación", afirma.

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