La electricidad planta cara al cáncer

El Royo Villanova estrena una técnica que implica sitiar al tumor y aplicarle una corriente de hasta 3.000 voltios sin dañar los vasos, conductos y nervios de alrededor.

En la técnica ha colaborado un equipo multidisciplinar. Elena Gonzalvo, Alejandro García (cirujanos), Pilar Acín y Alfonso Vaquerizo (anestesistas), Alicia Blasco (radióloga) y Juan Luis Blas (cirujano). Faltan en la foto los enfermeros Francisco Tabuenca, Natividad Santolaya e Isabel Colás.
La electricidad planta cara al cáncer
R. Labodía

Es el colofón a quince años de trabajo y de apuesta por la cirugía mínimamente invasiva. El Royo Villanova de Zaragoza ha plantado cara a los tumores con una nueva técnica menos agresiva y con menos efectos colaterales, que consiste en crear un campo de electricidad de hasta 3.000 voltios a su alrededor para matar las células cancerígenas sin dañar el tejido sano adyacente.

Esta semana, el Departamento de Sanidad anunció la aplicación de la técnica de electroporación irreversible por primera vez en un centro público aragonés (en privados sí que se aplica en próstata). Y, desde entonces, el equipo de profesionales sanitarios implicados se ha visto desbordado por la repercusión entre los profesionales sanitarios y los pacientes con cáncer.

Hace ya varios años que los especialistas aplican la ablación o cauterización para intentar eliminar un tumor. Pero este nuevo método supone dar un paso más, ya que no se pincha directamente sobre las células cancerígenas sino que se las sitia por medio de varias agujas, que al crear una corriente eléctrica continua de muy alta intensidad las aboca al suicidio. Para su aplicación, además de un aparato especial llamado Nanoknife que planifica el volumen de tratamiento, también es necesario un seguimiento ecográfico en tiempo real para la colocación de las agujas.

Pero, ¿qué pacientes pueden beneficiarse de este método? Ante las expectativas creadas, el jefe de Cirugía General y Aparato Digestivo del Royo Villanova, Juan Luis Blas, subraya la necesidad de ser cautos. En principio, la técnica está indicada para tumores muy concretos, de pequeño tamaño, primarios y metastásicos de hígado, páncreas, riñón y próstata en los que inicialmente se ha descartado la cirugía. Pero será el Comité de Tumores del hospital, insiste Blas, el que evaluará cada historia clínica y decidirá si esta técnica es la más adecuada. Calcula, de hecho, que al año podrían beneficiarse unos diez o doce pacientes. En estos momentos, hay uno en estudio. "La importancia de esta técnica es que abre la puerta a los casos en los que no podía extirparse el tumor por su proximidad a grandes vasos o porque el estado general del paciente impedía una resección hepática, por ejemplo", explica la radióloga Alicia Blasco, que recuerda que la electroporación irreversible puede hacerse por cirugía abierta o percutánea, dependiendo de la localización del tumor, ya que se hace un seguimiento ecográfico en tiempo real. "Es menos agresiva que otras técnicas y puede aumentar la supervivencia y la calidad de vida", señaló la especialista. De hecho, los cirujanos habían desestimado operar a la primera paciente a la que se aplicó esta técnica, ya que la intervención implicaba extirpar vasos y una resección hepática mayor con un elevado riesgo para la paciente.

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