Heraldo del Campo

"Al plantar los primeros bulbos creyeron que era un temerario"

En el municipio turolense de Blancas, José Antonio Esteban cultiva más de 2,5 hectáreas de azafrán ecológico, producto pionero en España.

En casa de los padres de José Antonio Esteban siempre había azafrán. Los cotizados pistilos violetas de este bulbo eran el maná de la familia, los ingresos extra que hacían posible comprar un nuevo tractor o instalar la red de tuberías para que llegara el agua corriente a su domicilio cuando él ya tenía 14 años. La cosecha de azafrán era el complemento más importante de la economía doméstica y el símbolo de unión de una familia que iba de la mano para recoger y desbriznar los pistilos antes de que se estropearan.

Poco a poco, esta actividad fue perdiendo fuelle en su pueblo natal, Blancas, en la provincia de Teruel, hasta que un día, en el año 2005, José Antonio decidió "cometer la locura" de plantar unos bulbos en un pequeño terreno de su propiedad, que apenas superaba los 500 metros.

"Yo salí de casa siendo muy crío, para estudiar, pero recordaba con mucha añoranza esos años en los que el azafrán, que con tanto esfuerzo cogíamos, nos sirvió para pagar mis estudios o para comprar cosas que mejoraban la calidad de vida de toda la familia. Así que, ya adulto, decidí lanzarme a la aventura y convencí a un agricultor de Villalba de los Morales para que me vendiera unos bulbos que tenía enterrados en un huerto y que sacamos a mano, con la azada, porque era imposible meter maquinaria en ese terreno", recuerda.

Y ahí empezó una aventura que dio sus primeros frutos un año después. Una cosecha pequeña, pero que sirvió para que José Antonio le demostrara a su familia y sus vecinos que el azafrán seguía siendo un producto muy rentable. "Al principio todos creían que era un temerario y que estaba un poco loco, pero yo estaba convencido de que iba a funcionar y así fue".

Los primeros gramos de azafrán que recogió le animaron a seguir plantando, hasta llegar a las 2,5 hectáreas de bulbos que posee en la actualidad y que le han permitido comercializar su azafrán ecológico no solo por toda España sino por muchos otros países del globo terráqueo.

"Cuando me decidí a poner en marcha el proyecto, intenté informarme todo lo posible porque solo así salen adelante los proyectos, con rigor y seriedad. De hecho, fuimos los primeros en plantar azafrán ecológico en España. Una primera cosecha que fue vendida íntegramente, lo que me animó a continuar por ese camino que, a fecha de hoy, tantas satisfacciones nos está dando", apunta.

Hoy en día, gracias al apoyo de su hijo, que estudió comercio internacional para impulsar este negocio, su azafrán ha llegado a países tan lejanos como China o Estados Unidos y otros más cercanos, como Bélgica, Alemania, Italia, Francia o Suecia, por citar algunos de los sitios donde se vende este azafrán bajo la marca La Carrasca. Lugares a los que hay que sumar el comercio ‘online’ a través de su web www.saffronspainteruel.com.

"Elegimos este nombre como recuerdo a mis años de niñez ya que en el terreno donde se cultiva este azafrán hay una carrasca enorme que yo me he encargado de cuidar, desde que tengo uso de razón. Un árbol desde el que se divisa la ermita de la Virgen de la Carrasca, patrona de mi pueblo, Blancas, y lugar de peregrinación de vecinos de otros pueblos cercanos", matiza.

Actualmente, su azafrán no solo se comercializa en polvo, sino que también venden chocolate con azafrán ecológico o licores, ya que José Antonio siempre apuesta por nuevos productos y proyectos. El último de ellos es una casa rural que ofrece a sus visitantes la posibilidad de descubrir de cerca el mundo del azafrán, de recoger los bulbos durante el otoño y de desbriznar sus pistilos, como se hacía antaño. "El azafrán ha dejado de ser un recuerdo de mi niñez para convertirse en una realidad, que nos entusiasma", indica.

Más información en el Suplemento de Heraldo del Campo.

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