Dos empresas a las que Alfredo Romero adjudicó contratos pagaron la carpintería de su casa

La juez se ve obligada a archivar el caso contra el exdirector de Cultura de la DPZ porque el delito de cohecho ha prescrito.

La titular del Juzgado de Instrucción número 10, María José Bello, ha decretado el sobreseimiento de la causa abierta contra el exdirector de Cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Alfredo Romero, por presuntos delitos de prevaricación y cohecho. La magistrada ha llegado a la conclusión de que Romero hizo que dos empresas –Proyectos Culturales Europa y Videar– a las que había adjudicados contratos de la institución provincial pagaran las reformas de carpintería que hizo en su casa particular de Fuendetodos en 2007. Según el auto de archivo, lo hizo en connivencia con Carpintería Mena, a la que pidió que falseara el concepto de los recibos para aparentar que se trataba de trabajos para exposiciones de la DPZ. Por estos hechos, la juez dice que cabría imputar al exdirector de Cultura un delito de cohecho, pero no podrá sentarlo en el banquillo porque, como acreditó su abogado, Enrique Trebolle, este ha prescrito.

La magistrada requirió documentación a la DPZ para comprobar si las adjudicaciones que se hicieron a estas empresas entre 2006 y 2008 y que les supusieron unos ingresos totales de más de cien mil euros cumplieron el procedimiento. Y al analizar los expedientes, la juez se ha percatado de que para conseguir algún contrato se aportaron presupuestos falseados de la competencia. En cualquier caso, ninguno de los otros siete investigados –a los que representan los letrados Cristina Ruiz Galbe, Pedro Baringo, David Arbues, Luis Carbonel y Francisco Arroyo– será tampoco acusado, ya que los delitos de falsedad documental o cohecho impropio que se les podrían atribuir también han prescrito.

Para llegar a la conclusión de que Alfredo Romero facturó los trabajos ejecutados en su casa de Fuendetodos a Proyectos Culturales Europa y Videar, la magistrada se ha basado principalmente en el testimonio de los carpinteros. Porque estos reconocieron que giraron sendas facturas, una de 11.948 euros y otra de 12.000, a las mencionadas empresas, y que estas abonaron su importe. Cuando declararon en el juzgado, los carpinteros aseguraron que ellos solo trabajaron en la casa de Romero en Fuendetodos. Sin embargo, en el concepto de recibos figuraba: "Fabricación de puertas y ventanas a medida para standas de ferias para Gobierno de Aragón" y "Realización de vitrinas y carpintería. Exposición ‘Escenarios de la Justicia’".

En concepto de dádiva

"El extremo plenamente acreditado relativo a la emisión de las facturas de carpintería (...) lleva ineludiblemente a confirmar, ya que otra explicación no cabe ni ha sido siquiera facilitada por el propio Romero Santamaría (...) es que solicitó claramente ese pago a ambas empresas en concepto de dádiva o promesa de recompensa por haber realizado un acto propio de su cargo", resume la juez en su auto de archivo. Añade, eso sí, que la decisión adoptada por Romero a la hora de adjudicar los contratos fue "presumiblemente justa, ajustada a la legalidad". Recuerda también la instructora que el exdirector de Cultura de la DPZ siempre ha negado haber ordenado a los carpinteros que pasaran las facturas a estas empresas.

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