Los representantes de las asociaciones agrarias UAGA, UPA y Araga volvieron a insistir ayer en la incompatibilidad del lobo con la ganadería extensiva. En una reunión mantenida con representantes de la Administración autonómica, los responsables agrarios les trasladaron el rechazo de los ganaderos al borrador de ayudas que el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón les presentó la semana pasada. En él se contienen una serie de medidas para compensar el riesgo que supone la convivencia con el lobo.

Desde UAGA, José Luis Lasheras explicó que en la reunión de ayer las organizaciones volvieron a repetir los argumentos que ya se dieron la semana pasada y que fueron ratificados, posteriormente, por los ganaderos afectados. El sector del ovino considera imposible la convivencia del lobo con la ganadería extensiva. Por tanto, creen que las ayudas propuestas no resuelven el problema que se vive ahora en la zona de Los Monegros, Zaragoza y Ribera Baja del Ebro. Opinión compartida por Fran Santolaria, de UPA-Huesca, quien recordó que los ganaderos ya se pronunciaron la semana pasada sobre estas medidas y dijeron que no les gustaban. "Seguimos enrocados", dijo Santolaria refiriéndose al encuentro de ayer e insistió en la labor que cumplen los ganaderos y la ganadería extensiva en el medio rural. "Es una situación muy complicada para este sector –dijo–. Su mantenimiento es de gran importancia para fijar población y mantener limpios los montes de la Comunidad".

Por su parte, los representantes de la Administración volvieron a poner sobre la mesa la imposibilidad de capturar al lobo y sacarlo de las zonas en las que ha atacado. Recordaron que es una especie protegida y que deben cumplirse las directivas.

Tras más de tres horas de reunión, el encuentro finalizó con la petición de los representantes agrarios a la Administración de que busque fórmulas diferentes a las ayudas económicas propuestas.

Hay que recordar que además de la exigencia de que se capture al animal y se lleve a un hábitat más adecuado para él, donde haya animales salvajes que puedan servirle de alimento, los ganaderos han insistido en la necesidad de que la Administración asuma la responsabilidad patrimonial que corresponda. En este sentido, exigen que se pague al ganadero el coste de los animales muertos y se haga cargo de los daños que cause el lobo.

Asaja, por su parte, no participó en la reunión. Sus portavoces ya habían advertido que no volverían a sentarse en ninguna mesa en la que se debatieran las fórmulas para regular la convivencia del lobo con la ganadería extensiva.

Apoyo de Izquierda Unida

Por otra parte, Izquierda Unida Aragón mostró ayer su apoyo a las propuestas de UAGA y los grupos ecologistas Ansar, Amigos de la Tierra, Fondo Natural, Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, Ecologistas en Acción y SEO/BirdLife para encontrar soluciones para la convivencia de la ganadería extensiva y la conservación de la biodiversidad. Unas propuestas que fueron presentadas la semana pasada y que incluyen la creación de una mesa de trabajo a la que reclaman que se sumen alcaldes, expertos en el tema y la propia Administración.

Para el coordinador general de IU Aragón, Álvaro Sanz, es una buena noticia la unión del sindicato agrario con los grupos ecologistas para trabajar en una misma línea de defensa de la ganadería extensiva y la conservación de la biodiversidad, explicó el partido en una nota de prensa. "Los ataques de lobo han puesto de manifiesto que las explotaciones ganaderas no disponen de las herramientas necesarias para protegerse y que las compensaciones del Gobierno parecen no ser ágiles ni suficientes para resolver el problema", señaló Sanz.

"El lobo produce un daño y es imprescindible dar una respuesta, por lo que el Gobierno de Aragón debe escuchar a los ganaderos para conocer sus demandas y así dotarles de las herramientas necesarias para la convivencia de la ganadería extensiva y la biodiversidad de especies", señaló.

IU recordó que el futuro de la biodiversidad requiere de un equilibrio, que respete a las especies, pero también a la gente que vive en el medio rural.