Los cuatro atentados de Frava en los años 80
Grupo Terrorista
El Frente Revolucionario Antifascista Vasco Aragonés (Frava) es un grupo terrorista que reivindicó cuatro atentados entre 1978 y 1980, cometidos en Madrid, Zaragoza y Cataluña. Estaba integrado por miembros de la extrema izquierda de Aragón, algunos de ellos procedentes de la Joven Guardia Roja, y tenían contactos con ETA Político Militar (una excisión de la banda terrorista, que decretó una tregua tras el 23-F de 1981 y se disolvió en 1984). Aunque fue un grupo terrorista casi desconocido, el Ministerio del Interior reconoció a la familia de Jesús Argudo en 1999 (después de denegarlo en 1985 por presentarlo fuera de plazo) su condición de víctima de terrorismo, les indemnizó y les entregó una medalla al mérito civil. Ningún terrorista de esta banda fue detenido y juzgado.
Historial
Asesinato de un policía municipal en Madrid. La mañana del 21 de diciembre de 1978, dos jóvenes y una chica mataron de un disparo a bocajarro a un agente en la plaza de la Cruz de los Caídos y escaparon por el metro. Fue reivindicado por Frava.
Atentado contra la Policía Municipal en Zaragoza. A las seis de la mañana del 25 de enero de 1979, un comando de Frava arrojó un cóctel molotov al garaje de la Policía Local que provocó un conato de incendio. Se produjo un tiroteo, pero no hubo heridos. En su huida perdieron datos de personalidades zaragozanas.
Secuestro de un empresario catalán. El 26 de marzo de 1980 Jesús Serra Santamans fue secuestrado y después de reclamar un rescate de 50 millones de pesetas lo dejaron en libertad en un saco de dormir cerca de Candasnos (Huesca) el 1 de junio del mismo año. Frava se responsabilizó en una llamada a Efe.
La víctima
Asesinato de un vigilante de seguridad en Zaragoza. El 2 de mayo de 1980 mató de un disparo a Jesús Argudo en las oficinas de General Motors, en la calle de Portales número 1, planta octava. Tres encapuchados participaron en el atentado mortal y al huir abandonaron unas gafas de sol y un pasamontañas. La víctima tenía 58 años y solía trabajar con la empresa de seguridad Procesa en Balay, pero esa tarde un compañero le cambió el turno porque tenía un bautizo. Trabajaba de 14.00 a 22.00.
