Aragón

Casi 50 médicos fueron atendidos por trastornos mentales y adicciones en los últimos cinco años

Aragón (8,24) se encuentra por debajo de la media (17,55) en cuanto al número de afectados por cada 1.000 colegiados.

Casi 50 médicos fueron atendidos por trastornos mentales y adicciones en los últimos cinco años
Heraldo.es

El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) lleva funcionando desde 1998. Desde entonces, aquellos facultativos que sufren algún trastorno mental o adición en España pueden ser tratados con total confidencialidad. Muchos de ellos acuden a este programa por voluntad propia, aunque el objetivo es poder detectar estos casos de manera preventiva. En estos años, casi 4.300 galenos han sido atendidos por la Organización Médica Colegial (OMC), de los cuales, 323 corresponden a nuevos casos detectados en 2016. En Aragón, aunque este problema es mucho menor, también hay médicos que tienen que ser tratados por trastornos mentales o adicciones.

“Es verdad que en los últimos años se ha percibido un aumento de casos, aunque en 2016 ha vuelto a descender”, puntualiza Alfredo Gaudes, secretario del Colegio de Médicos de Zaragoza. Según este informe, entre 1998 y 2010 se registraron un total de 24 atenciones; mientras que desde 2011 hasta la actualidad se han contabilizado 47. En concreto, en 2015 fueron 11 y en 2016, tres. De este modo, la media de cada año (en el último lustro) se acerca a la decena de actuaciones, mientras que antes se encontraba en dos. En la Comunidad hay un servicio de atención para estos facultativos que funciona las 24 horas del día los 365 días del año.

A pesar de todo, Aragón tiene un volumen de médicos enfermos muy inferior al de otras comunidades. Ejemplo de ello es que durante casi 20 años, Cataluña ha registrado 2.048 atenciones, mientras que en Aragón solo se han cuantificado 71. Por su parte, Andalucía es la segunda comunidad con más médicos atendidos (698) y detrás de ella se encuentran Madrid (416), Navarra (223), Castilla y León (158) y Castilla-La Mancha (133).

En cuanto a la incidencia en relación al número de colegiados, Navarra es la que tienen más casos por cada 1.000 colegiados, en concreto, 55,62. Inmediatamente detrás se sitúa Cataluña (55,59), Ceuta y Melilla (37,89), Andalucía (18,31), Cantabria (17,13) y Castilla-La Mancha (15,26). Por su parte, Aragón es la octava comunidad con un índice más bajo: 8,24 facultativos por cada 1.000 colegiados. En el lado opuesto se encuentra La Rioja, con una tasa de 1,87 y con solo tres casos en casi 20 años.


“Gracias al trabajo que se realiza en este programa y a la divulgación que existe hemos conseguido que las tasas de Aragón se encuentren por debajo de la media española”, recalca Gaudes. Asimismo, señala como razones de este éxito que la mayoría de los profesionales acuden al programa de manera voluntaria y el bajo índice de recaídas. “Tenemos un equipo de psicólogos que consiguen que alrededor del 80% de los facultativos no tengan recaídas y, por lo tanto, puedan reincorporarse a su puesto de trabajo totalmente recuperados”, puntualiza. Del mismo modo, recuerda que el 90% de los casos llegan desde la sanidad pública.

¿Cuál es el perfil de estos médicos?

El estudio llevado a cabo por la Organización Médica Colegial de España (OMC) expone el perfil de los facultativos que tienen que ser atendidos por este programa. El 76% sufren un trastorno mental, entre los que abundan los problemas de estado de ánimo los adaptativos y la ansiedad; por su parte, un 9% tienen adicción al alcohol, el 7% a las drogas y casi un 8% cuentan con una patología dual. En el caso de Aragón, según los datos facilitados por Gaudes, en 2015 ocho de los casos eran por trastornos mentales, mientras que los otros cinco se produjeron por patologías de tipo adictivo. En 2016 estas cifras se invierten y se detectan dos casos de adicciones y uno de trastorno mental.

Más del 40% de los galenos atendidos trabajaban en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, un 6% eran anestesistas y un 5,5% pediatras. El resto se dividen entre Medicina Interna, Psiquiatría, Traumatología, Ginecología, Cirugía, Urgencias y otras especialidades. La mayoría (28,7%) tienen entre 51 y 60 años. También tiene una alta incidencia en facultativos de 41 a 50 años (27,9%) y de 31 a 40 (22,1%). Estos casos, antes eran más abundantes en hombres (53%), pero en los dos últimos años se dan más en mujeres (entre un 55 y un 52,5%). Además, la media de edad suele ser más baja en las mujeres, aunque la tendencia es a equipararse, entre los 45 y los 50 años.

Casi el 50% acuden al Paime de manera voluntaria, mientras que el 15,5% lo hacen por iniciativa de algún colega, el 12,1% por el personal de riesgos laborales y el 11%, instigados por el psiquiatra. Además, al adherirse al programa, el 64% estaban trabajando. En 2016 solo se detectaron 57 casos en España en los que hubiera riesgos para la praxis.

Sin financiación pública

Aragón es una de las pocas comunidades que lleva a cabo este programa sin ningún tipo de financiación por parte del Gobierno de Aragón. “En 2009, con la crisis, la consejería dejó de financiar el proyecto y desde entonces todos los recursos salen del Colegio de Médicos”, recuerda Gaudes. Al mismo tiempo señala que en otras comunidades no se ha dejado de financiar completamente: “Se han alcanzado diversos acuerdos: unos en los que la autonomía pone un porcentaje, otros en los que da una partida concreta...”.

No obstante, reconoce la buena relación que tienen en estos momentos con el Gobierno de Aragón. “En una reunión que se tuvo recientemente, el consejero se mostró muy receptivo con este programa y aseguró que iba a estudiar las posibilidades existentes para volver a financiarlo. Lo que no sabemos es a qué tipo de acuerdo se puede llegar, pero las sensaciones son positivas”, recalca.

Además, debido al éxito que tiene en el ámbito de la medicina, otros colectivos están estudiando la posibilidad de implantar un programa similar. “En enfermería se está valorando la opción, pero todavía no se ha llegado a implantar. Lo mismo ocurre con el colegio de pilotos, que en la reunión de la semana pasada nos comentaron que querían poner en marcha un sistema parecido, con el objetivo de detectar casos de pilotos que no estuvieran en condiciones de volar. Así se podrían evitar tragedias como la de Germanwings”, subraya.