Prisión incondicional sin fianza para el conductor que el pasado domingo acabó con la vida del joven zaragozano Carlos Pellejero Remacha, de 20 años, al que arrolló poco después de las ocho de la tarde en una curva del camino de las Norias de Tudela cuando regresaba con su novia y unos amigos de celebrar el Día del Ángel. El autor del atropello, A. L. P. C., de 28 años y vecino de la localidad navarra de Milagro, se enfrenta a tres delitos, ya que además del de homicidio imprudente se le atribuye otro de lesiones –por las heridas causadas también a dos chicas– y un tercero de omisión del deber de socorro. A ello se añade el hecho de que circulaba influenciado por las drogas cuando se produjo el trágico percance.

Los agentes que investigan lo sucedido han hecho constar en su atestado que el conductor no se detuvo a socorrer a la víctima, sino que pisó el acelerador de su Citroën C4 de color negro y se dio a la fuga. De hecho, no fue hasta el filo de la medianoche del domingo al lunes, casi cuatro horas después del atropello, cuando la Guardia Civil logró localizarlo y proceder a su detención en Milagro.

Además del conductor, en el coche que causó el atropello múltiple viajaban otros dos jóvenes. Pero a diferencia del primero, el copiloto y un tercer varón que ocupaba el asiento trasero se apearon enseguida del vehículo para interesarse por las víctimas. Al parecer, fueron también ellos quienes facilitaron la identidad del responsable de la muerte del joven estudiante de Enfermería de Zaragoza.

Hallaron el coche en un garaje

Según informó la Comandancia de Navarra, al enterarse de lo ocurrido y de que el fugado era un vecino de Milagro, agentes destinados en este pueblo peinaron sus calles en busca del Citroën C4 que había arrollado a Carlos Pellejero, vehículo que al final localizaron en el garaje de una vivienda. Poco después, los funcionarios consiguieron mantener una conversación telefónica con el conductor huido, al que convencieron para que se entregara.

Como de la investigación del accidente se ocupa la Policía Foral de Navarra, la Guardia Civil le hizo entrega del detenido sobre las 00.40 de ayer. Tal y como establece el protocolo, lo primero que hicieron los agentes que instruyen el atestado fue someter a A. L. P. C. a una prueba de etilometría y otra de consumo de drogas. El resultado de la primera fue negativo, pero aunque hubiera conducido influenciado por el alcohol cuando arrolló a los tres jóvenes, es difícil que casi cinco horas después quedara rastro de dicho consumo.

En lo que sí dio positivo el detenido fue en el test de drogas, que halló rastros de cocaína en su saliva. En cualquier caso, se trata de una prueba indiciaria que se habrá que confirmar con un análisis de sangre. De cara al juicio, serán los testigos y los informes forenses los que permitan determinar si el vecino de Milagro conducía influenciado por esta sustancia cuando atropelló al joven zaragozano.

Hasta el lugar del siniestro se trasladaron varias ambulancias, pero nada pudieron hacer los médicos por la vida de Carlos Pellejero, al que se le practicó la autopsia ayer en el Instituto de Medicina Legal de Navarra. Su novia, Claudia C. C., y una amiga de esta, Maite R., fueron asistidas en el hospital Reina Sofía de Tudela de politraumatismos. Su pronóstico era reservado. El resto de amigos se arrojaron al lazo izquierdo del camino y pudieron evitar el atropello.