Heraldo del Campo

Temor en el regadío por el avance del mejillón cebra

Los regantes del Canal del Aragón y Cataluña
vigilan sus balsas para detectar si esta especie invasora detectada en el embalse de Barasona ha empezado su expansión.

José Luis Pérez junto a una de las cientos de balsas particulares del sistema de riego.
José Luis Pérez junto a una de las cientos de balsas particulares del sistema de riego.
Concha Silván

Los regantes del Canal de Aragón y Cataluña se enfrentan la próxima campaña a la plaga que puede suponer la invasión de sus balsas e infraestructuras de riego por el mejillón cebra, detectado a finales del mes de septiembre en el embalse de Barasona a través de los testigos de seguimiento de adultos del Gobierno de Aragón, administración competente en el control de especies.


La pasada semana, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) reunió en Binéfar, en la sede del canal, a regantes y ayuntamientos de la zona regable para informarles sobre la especie, sus posibles efectos y metodologías de control en instalaciones. Además, se repartió a los más de 200 usuarios de regadío, industriales y de abastecimiento convocados, el manual editado por la CHE, ‘Mejillón cebra. Manual de control para instalaciones afectadas’.


Aunque existen tratamientos eficaces para el control y eliminación de la plaga, a los regantes lo que más les preocupa son las «miles de balsas particulares que hay repartidas por todo el sistema y que pueden estar ya colonizadas», señala el presidente del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez, ya que el tratamiento más eficaz si están invadidas es dejarlas en seco al menos tres semanas y considera que esto es muy difícil, porque «muchas de estas balsas son de cierta entidad y vaciarlas todos los años es muy complicado», añade Pérez.


Las comunidades de base de los regantes se interesaron vivamente por los métodos y prácticas dirigidas a la prevención y control de la plaga. Lo primero que deben hacer es relativamente sencillo ya que consiste en colocar unos testigos  –cuerdas colgantes en zonas específicas de cada embalse donde se adhieren los moluscos- para comprobar si sus masas de agua están afectadas de mejillón cebra.


En el caso de que se confirme la presencia de la plaga en algunas de las balsas que permanecen llenas todo el año, Pérez asegura que «tendríamos serias dificultades», porque los métodos de erradicación no son fáciles de aplicar en este tipo de infraestructuras. «La afección que producen las larvas sobre las tuberías, filtros y válvulas, aunque es muy grave, porque dificulta el riego, es un problema contra el que se puede luchar y lo más eficaz es dejarlos en seco una temporada lo que coincide con la época de invierno en la que no se riega», explica José Luis Pérez.


La alternativa son los tratamientos químicos con diversos productos, pero también es una solución poco viable en caso de embalses y parece que es más apropiada en tuberías y válvulas. No obstante, aunque representa un gasto más de explotación para el regante, es el método más idóneo para reducir al máximo el impacto económico que puede conllevar que esta especie  invasora pueda afectar las infraestructuras.


Por otro lado, desde la CHE se ha insistido en la necesidad de evitar al máximo la dispersión entre masas y para ello, además de la navegación, se considera fundamental la sensibilización de otros sectores como el de la pesca. Barasona se ha clasificado como embalse tipo C o afectado, lo que conlleva la obligatoria desinfección de las embarcaciones y equipos al entrar y al salir de la zona afectada. Por esto, y mientras no exista una estación de desinfección, debe quedar suspendida la navegación, lo que se comunicó a los usuarios a través de 589 oficios informativos.

Qué es y cómo se trata

El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) es un molusco bivalvo de agua dulce que posee una asombrosa capacidad de dispersión y de colonización por la que se ha catalogado como una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo. Se detectó por primera vez en junio de 2001, en el embalse de Flix (Tarragona).

Control físico. Aplicando técnicas como la desecación, la filtración, el ‘shock’ térmico o la radiación ultravioleta.

Control químico. Aplicación de productos químicos como principio activo, por mecanismo de oxidación de la materia orgánica y no oxidantes.


Equipos de bombeo. El principal problema asociado, dice en manual de la CHE, es la pérdida de luz en estructuras de protección de los equipos de bombeo en la zonas de entrada de agua y en las rejas de salida, haciendo trabajar las bombas en vacío con el consiguiente deterioro del sistema.

Tratamientos en redes de distribución. El ‘shock’ térmico y la inyección de productos biocida. En ambos casos se recomienda un estudio técnico y una cuidadosa planificación.

Nuevas tendencias en desarrollo. Molusquicidas de origen natural, como el extracto de Phylacca dodecandra, que dificulta su capacidad de adherirse a las superficies y otras.

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