Una segunda oportunidad para Aragón

La Comunidad se juega en esta legislatura una nueva financiación autonómica, la posibilidad de reabrir el Canfranc y mantener cierto control sobre el agua del Ebro.

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, en una rueda de prensa en Varsovia.
Una segunda oportunidad para Aragón
Sergio Barrenechea

Hay mucho que ganar, pero también hay un riesgo elevado de volver a perder. En unos días se da el pistoletazo de salida a una nueva legislatura que, si arranca, va a abordar tres asuntos claves para la Comunidad: la financiación autonómica, el nuevo plan de infraestructuras estatal y el cambio o no en las reglas de juego que rigen sobre el río Ebro.


La postura que asuma el Gobierno central en estos debates no va a estar vinculada solo al partido que finalmente se haga con la Presidencia del Gobierno. También lo estará a quienes le apoyen en la sesión de investidura y en un hipotético pacto de gobernabilidad. En el caso de que la estabilidad dependa de los nacionalistas (representan a Comunidades territorialmente rivales en cuestión de infraestructuras), Aragón tiene muchas posibilidades de salir perjudicado.


El proyecto más relevante que se va a debatir esta legislatura –por lo que supone para la correcta prestación del Salud, la educación y los servicios sociales– va a ser el cambio de modelo de la financiación que impulse el Congreso. PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos lo llevan en sus programas, así que –en caso de que la legislatura realmente avance– parece que será un debate que inevitablemente se abordará.


El modelo actual establece que el 96% del dinero que se reparte a las autonomías se asigna según el número de habitantes de cada Comunidad. Mientras, solo el 4% del dinero se vincula parcialmente a la superficie que ocupa. El resultado es que Aragón (con un 3% de la población de toda España pero un 10% de su territorio) es una de las autonomías más perjudicadas con el actual modelo, que impulsó en 2009 el Gobierno del PSOE y que el PP ha evitado cambiar en los cuatro últimos años en que ha gobernando.


Las posibilidades de que Aragón gane esta batalla están todavía por concretar, pero está claro que es el principal pulso que deberá echar el Gobierno de Javier Lambán al próximo Ejecutivo central. La trayectoria que ha tenido Aragón en cada reforma de la financiación autonómica no invita al optimismo:_en cada revisión se ha ido quitando peso a la superficie, el envejecimiento y la dispersión de la población, en favor del número de habitantes.

El Mediterráneo o el interior


Junto a la financiación, otra batalla muy relevante que se espera esta legislatura es la de las infraestructuras. Aragón ha planteado dos reivindicaciones principales para los próximos años: el apoyo para reabrir la línea internacional del Canfranc y que se construya el eje cantábrico-mediterráneo. En este caso, más que un debate entre partidos (en Aragón todas las formaciones apoyan ambos ejes de comunicación) es entre Comunidades Autónomas. Hasta ahora, ni Valencia ni Cataluña ni País Vasco han visto con simpatía que se desarrollen ambos ejes aragoneses y han pedido que se centre toda la inversión ferroviaria en el corredor Mediterráneo y en la conexión entre España y_Francia a través del País Vasco. Queda la duda de si el próximo gobierno obviará la presión de estas Comunidades o volverá a ceder y a bloquear las peticiones de Aragón.


El otro tema que abordará el Congreso es el debate que abrieron ERC y Podemos en la corta legislatura pasada: la modificación de plan de cuenca del Ebro para dar más peso a Cataluña. En este caso, tanto PP como Ciudadanos han garantizado que preservarán el actual reparto, que garantiza el derecho de Aragón a una reserva hídrica del Ebro.

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