El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha planteado la necesidad de mejorar en la eficiencia y los métodos de trabajo en la sanidad para conectar la universalidad y la calidad con la viabilidad y la sostenibilidad financiera, porque aunque está "satisfecho" con el sistema actual, es "francamente mejorable".

Lambán ha pronunciado estas palabras en el acto de inauguración de unas jornadas organizadas por el Departamento de Sanidad en las que se conmemora el trigésimo aniversario de la Ley General de Sanidad, que de algún modo cree que simbolizó el ingreso de España en Europa.

En su intervención no ha faltado un recuerdo al ministro que impulsó esta norma, el socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA en el año 2000, de quien ha ensalzado su "inmensa, colosal" figura, así como su "altísimo sentido ético del servicio público", su coraje o su capacidad de lograr grandes consensos, como en esta ley.

En cuanto a la Ley General de Sanidad, ha destacado que era "imprescindible" en el Estado del bienestar que se comenzaba a crear en aquellos años y ha reivindicado que se pasó del modelo "benéfico" anterior a un sistema de salud "del que hemos presumido a veces" y se ha llegado a considerar como "uno de los mejores de Europa".

Esto se pone de manifiesto, a su juicio, por el hecho de que España sea el país europeo con una mayor esperanza de vida, lo que es, además, uno de los elementos que se ha de afrontar, especialmente en Aragón.

Sobre la viabilidad económica y financiera del sistema de salud a medio y largo plazo, el presidente autonómico ha resaltado los problemas que suponen para Aragón el envejecimiento, la dispersión, que encarece "sobremanera" cualquier servicio público, o el "neoliberalismo", que ha causado "destrozos" que ahora su gobierno está intentando superar.

Previamente, el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, ha afirmado que Lluch "hizo historia" con la promulgación de esta ley, que contemplaba un servicio público, universal, equitativo y de calidad, una "conquista social" que hoy debemos preservar y mejorar.

Los tres retos que, en su opinión, ha de afrontar el sistema sanitario para mantener su evolución 30 años después son, por un lado, garantizar la universalidad, que sostiene que se ha puesto en peligro por parte del Gobierno del PP.

También la equidad, ya que cree que "no hay duda" de que no se ha logrado cohesionar un sistema en el que los ciudadanos de todos los territorios puedan acceder a la sanidad en términos de igualdad, dado que las carteras de servicios difieren de una comunidad autónoma a otra.

Sin embargo, para Celaya, el más "acuciante" es la sostenibilidad financiera del sistema debido al mayor coste de los fármacos y de las nuevas tecnologías sanitarias o el envejecimiento de la población, lo que hace "indispensable" una mejora de la financiación autonómica para que esta sea finalista y suficiente.

Pese a que el consejero cree que el sistema sí que es sostenible, ha mantenido la necesidad de abordar reformas, como invertir e incorporar aquello que es efectivo en términos de salud y retirar de la cartera de servicios lo que no lo es, ha señalado sin precisar más.

"No podemos querer que todo sea gratis y tener en todos los sitios de todo", ha manifestado, y ha abogado por la efectividad a la hora de utilizar los recursos, buscar aquellos que realmente den resultados en la salud de los ciudadanos y distribuirlos de la forma más equitativa posible.

Ha instado también a ser "muy responsables" en el uso de los recursos, porque el sistema cuesta "mucho" mantenerlo.