¿Cuánto hay que saltar para ser soldado?

Alberto tiene 26 años, estudia Historia del Arte y, por extraño que parezca, este martes intentaba superar las pruebas físicas para acceder al Ejército como soldado. No es que quiera dejar los estudios, sino todo lo contrario: este andorrano explicaba antes de entrar al reconocimiento médico previo que lo que quiere es continuar la carrera mientras trabaja para el Ejército y ascender después "lo máximo posible" al abrigo de la institución.

Como él, otros 180 jóvenes de Aragón, Navarra y Soria que ya superaron la fase de concurso y las pruebas psicotécnicas pasarán en los próximos días por el acuartelamiento zaragozano de San Fernando para demostrar si son 'aptos' o 'no aptos' para cubrir las vacantes que incluyeron en sus solicitudes de ingreso a las escalas de tropa y marinería. En toda España. serán un total de 6.093 los jóvenes que afronten el reconocimiento médico, el test de personalidad y las pruebas físicas obligatorias que componen esta segunda fase de selección. La superación de estas pruebas es imprescindible para que su nota de la primera fase tenga validez a la hora de adjudicar las 1.500 plazas que se ofertaron en la primera convocatoria de este año.

Junto a Alberto esperaba este martes Juan Carlos en los pasillos de la Subdelegación de Defensa en Zaragoza. Él es un electricista de 23 años de María de Huerva y es la cuarta vez que intenta convertirse en soldado. "Quiero entrar porque es un trabajo que me ha gustado desde pequeño y mis hermanos ya trabajan para el Ejército", explicaba a Heraldo.es antes de pasar el reconocimiento médico. Su caso no es extraño y Raquel, de 22 años, contaba que esta es la quinta vez que se presenta a las pruebas. En su caso sí, este año ha decidido aparcar la carrera de Psicología para dedicarse íntegramente a prepararse para esto.

Con estudios superiores

"A la primera fase se presentan una media de 20 aspirantes por vacante y como cada vez se trata de gente más preparada hay que sacar mejor nota", explica en su despacho el Teniente Coronel Lugo, gestor del Área de Reclutamiento en Zaragoza. Para respaldar su argumento expone datos: un 24% de los jóvenes que lo intentaron en 2015 eran titulados universitarios y solo un 5% de los aspirantes tenían únicamente la ESO.

"Ya no es válida la teoría de que sólo se presentan los que no quieren estudiar -insiste el Teniente Coronel-, la mayoría no quiere quedarse de soldado y al cabo de un año muchos intentan acceder a la escala de suboficiales e incluso a la de oficiales".

Para esta segunda fase de selección, las áreas de reclutamiento de cada territorio han seleccionado a una media de entre cinco y seis aspirantes por vacante. Tras pasar el reconocimiento médico y unos test de personalidad, los aspirantes tienen que demostrar su valía en salto de longitud, abdominales, flexiones y carrera y alcanzar unos objetivos que varían en función de las vacantes que han solicitado. Las vacantes de nivel D, por ejemplo, son las más exigentes y este mismo martes varios candidatos a estas plazas obtenían un tajante 'no apto' al no alcanzar el mínimo exigido para esta categoría en el salto de longitud sin carrera: 205 centímetros.