El calor de las Navidades adelanta los primeros síntomas de alergia al polen

Lo habitual es que las reacciones al polen aparezcan en la segunda quincena de enero y la primera de febrero.

Ciprés, alergia polen
El calor de las Navidades adelanta los primeros síntomas de alergia al polen

La temporada de alergias arranca pronto este 2016. El calor de las pasadas Navidades, poco habitual para los meses de diciembre y enero, ha acelerado la floración de algunas especies y muchos enfermos han comenzado ya a sentir los síntomas que acompañan a su afección.


De momento, es el ciprés el que ha empezado a dar problemas, "sobre todo cupressus arizónica", según explica Carlos Colás, jefe de Alergología del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza. Aunque tras el parón navideño el frío ha regresado, es ahora cuando los enfermos notan los síntomas, porque la planta necesita tiempo para florecer. "Tienen que pasar unos días para que se produzca el polen, este llegue al aire y los alérgicos noten las consecuencias", cuenta Daría Bermejo, coordinadora de la estación aerobiológica del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza, que se encarga de recoger los datos para elaborar las alertas con los niveles de polen en el aire. En esta época del año esa información se toma cada semana. A partir de marzo, con el arranque de la primavera y el aumento del polen en suspensión, los datos se leerán de forma diaria.


Los primeros casos de alergia al ciprés que están detectando los expertos sanitarios "no son muy intensos", explica Colás, pero sí se producen unas semanas antes de lo habitual. Así, lo normal es que las reacciones a este tipo de polen aparezcan en la segunda quincena de enero y la primera de febrero, y este año llevan ya una semana en las consultas. La temporada de alergias, además, se prevé larga. "Trabajamos con las previsiones meteorológicas, y estas siempre son dudosas", matiza Colás, pero todo apunta a un tiempo cálido y seco que hará que este año sean "muchos" los meses con polen y con perjuicios para los alérgicos. Eso sí, parece que las cantidades en el aire no serán muy elevadas, porque ha llovido poco, el suelo está seco y así las especies no germinan bien. "Eso, siempre que sigamos con este tiempo y no llueva mucho", destaca el experto.


En las últimas décadas, el volumen de polen de ciprés por metro cúbico de aire se ha multiplicado por 25, debido a los inviernos más suaves, con más días de sol y temperaturas más cálidas. Además, el cambio en el clima favorece la floración más temprana de especies que no lo hacían hasta la primavera, por lo que el adelanto de los síntomas alérgicos año tras año es ya lo habitual.


En el caso del ciprés, como su polinización comienza en invierno, es habitual que las primeras manifestaciones de la alergia se confundan con un resfriado común. Los síntomas son parecidos: estornudos, mucosidad, congestión nasal, conjuntivitis, tos seca, disnea y sensación de opresión en el pecho. Todos ellos pueden prolongarse varios meses, lo que ayuda a distinguirlos de un catarro.


En Aragón se calcula que hay 250.000 alérgicos –aunque la mitad están sin diagnosticar– y de todos ellos, unos 100.000 tienen alergia al polen. El 20% de estos últimos sufre problemas de rinitis todo el año.

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