La juez desprecinta la pirotecnia de Garrapinillos para que la empresa inicie su reconstrucción

Los Tedax aseguran que las doce hectáreas de la planta son ya seguras y ultiman su informe definitivo. El Grupo Lacroix ha diseñado en Francia el nuevo recinto y quiere empezar las obras "lo antes posible".

La explosión en cadena del pasado 31 de agosto arrasó la planta de Pirotecnia Zaragozana en Garrapinillos, que ayer ofrecía esta imagen de desolación.
La explosión en cadena del pasado 31 de agosto arrasó la planta de Pirotecnia Zaragozana en Garrapinillos, que ayer ofrecía esta imagen de desolación.
maite santonja

Casi cuatro meses después de la gran explosión en cadena que costó la vida a seis trabajadores de Pirotecnia Zaragozana, la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza, María José Bello, acaba de autorizar el desprecintado de la planta de Pinseque para que el grupo francés Etienne Lacroix pueda iniciar al fin su reconstrucción.


Y lo ha hecho tras saber que los Tedax de la Guardia Civil han dado por acabado su trabajo y que las instalaciones son completamente seguras. Porque aunque fueron más de diez toneladas de pólvora las que arrasaron la factoría, los artificieros han tenido que peinar después sus doce hectáreas para retirar los cientos de kilos de explosivos que quedaron esparcidos.


"Estamos muy contentos de la decisión de la magistrada, porque hasta ahora ni siquiera hemos podido entrar en la planta para valorar con precisión los daños sufridos", explicaba ayer el director de Pirotecnia Zaragozana, Miguel Pérez Nivela. En cualquier caso, este aseguraba que "hace ya tiempo" que empezó a diseñarse en Francia el proyecto que permitirá volver a levantar la factoría siniestrada. "Ojalá podamos volver a trabajar en Garrapinillos a finales del próximo verano. Nada nos gustaría más", reconocía el representante de la compañía.


Lo primero que va a hacer la empresa es enviar a sus técnicos y arquitectos a las instalaciones afectadas por la explosión para valorar si hay algún edificio que pueda salvarse. "Partimos de la base de que prácticamente todo será nuevo, pero sabemos que algunas construcciones quedaron en pie y habrá que ver si podemos incluirlas en el nuevo proyecto", indicaba el director de Pirotecnia Zaragoza. Por ello, todo apunta a que pasarán algunas semanas hasta que las máquinas puedan empezar a desescombrar.


El fatal accidente se produjo el pasado 31 de agosto, pero no fue hasta hace unas semanas cuando los Tedax terminaron el trabajo de campo. En los días posteriores a la explosión, los artificieros tuvieron que reunir todo el material dañado para quemarlo o detonarlo de forma controlada. Una vez garantizada la seguridad del recinto, los especialistas pudieron empezar a recopilar pruebas y tomar mediciones. De hecho, es esto último lo que más tiempo les ha llevado.


"Las mediciones de los cráteres que se abrieron en el suelo serán fundamentales a la hora de concretar las toneladas de pólvora que estallaron", recuerda el responsable del equipo Tedax de la Comandancia de Zaragoza, el sargento José Luis Millán. "La documentación aportada por la empresa y la información facilitada por algunos de sus responsables nos permitieron adelantar que eran más de 10.000 kilos de pólvora los que había en el primer depósito que saltó por los aires. En cualquier caso, los cálculos que estamos llevando a cabo ahora nos permitirán concretar mucho más las cantidades de cara al juicio", indica.


El informe definitivo, en un mes

Como adelantó en su día HERALDO, los investigadores concluyeron que fueron ocho grandes explosiones en cadena y una onda de calor de hasta 2.000 grados las que devastaron en cuestión de segundos la planta de Garrapinillos. "Calculo que tardaremos alrededor de un mes en entregar a la juez el informe definitivo de conclusiones, pero estas no van a variar mucho de las adelantadas en el atestado preliminar", señala Millán.


El jefe de los Tedax recuerda también que el camión que estaba recogiendo el material acabado de las casetas cuando se produjo la explosión –cohetes preparados para almacenar de cara a su distribución–resultó determinante, ya que hizo de "efecto multiplicador". "Hablamos de que ese vehículo llevaba otros 300 o 400 kilos de pólvora que, al estallar, devastaron las casetas más alejadas", comenta.


De los seis trabajadores que resultaron heridos, la más grave estuvo ingresada en la unidad de quemados del Hospital Miguel Servet hasta hace un mes. Su marido murió en la explosión.

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