La Guardia Civil ya ha destruido en Aragón más de 400 plantas de marihuana este año

La última operación ha tenido lugar en Monreal. La más importante, gracias al helicóptero, en Huesca.

Operación contra el cultivo de marihuana en la provincia de Huesca
Operación contra el cultivo de marihuana en la provincia de Huesca
Guardia Civil

La Guardia Civil ya ha arrancado más de 400 plantas de marihuana en Aragón, con un peso que superaba los 1.300 kilos, en lo que va de año. Gracias fundamentalmente a cinco grandes operaciones, los agentes han detenido a once personas por cultivos ilegales en diferentes puntos de la Comunidad.


La última tuvo lugar esta misma semana en Monreal del Campo (Teruel) donde, fruto de la colaboración ciudadana, se localizó un cultivo de 37 plantas que terminó con el arresto de dos vecinos de la localidad.


Pero la más importante hasta la fecha tuvo lugar en septiembre en la provincia de Huesca, gracias en este caso a la labor de vigilancia de la Unidad Aérea. El helicóptero es una de las principales armas de la Guardia Civil para detectar este tipo de plantaciones, y en esta ocasión permitió localizar 207 plantas en seis fincas con un peso aproximado de 983 kilos.


En este caso no se facilitó el número de detenidos ya que debían continuar las investigaciones para determinar el grado de implicación de los propietarios de las tierras, dado que “en la mayoría de los casos no son conocedores de lo que se oculta en sus terrenos”, según explican fuentes del Instituto Armado.


Mientras, en la provincia de Zaragoza las incautaciones han bajado respecto al año pasado, que fue histórico por el número de plantas destruidas. En cualquier caso, el municipio de Maella ha sido objeto de dos importantes operaciones, con otros tantos detenidos, en las que se arrancaron 128 plantas con un peso total de 170 kilos.


Una vez que los agentes han intervenido la plantación, el procedimiento habitual estipula que se envíe una muestra al Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón para que se analice, y para el resto se solicita una orden judicial de destrucción. O lo que es lo mismo, las plantas se queman en una incineradora. En Zaragoza, solo una cuenta con autorización para llevar a cabo este proceso, y su ubicación no se difunde por medidas de seguridad.

Un negocio muy lucrativo

Según el Código Penal, tanto el consumo en el domicilio particular (no así en la vía pública) como la venta de semillas -ya que no contienen principio activo- son legales. Es el periodo que va entre ambas acciones, el del cultivo, el que persiguen las fuerzas y cuerpos de seguridad.


Sin embargo, cada vez son más los que ven en esta actividad delictiva una forma de negocio muy lucrativa, dado el alto precio de venta en la calle en relación a los costes de cultivo de una planta que, aunque requiere de una serie de cuidados, arraiga en casi cualquier terreno.


Según los agentes de la Guardia Civil, el perfil de los detenidos es el de un joven entre 20 y 35 años, que cultiva sobre todo en el medio rural.

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