La Ronda de Boltaña vuelve a Jánovas
Unas 300 personas celebraron la antigua fiesta de San Miguel en el pueblo a la espera de la reconstrucción.
Allí interpretaron su célebre Habanera triste, compuesta precisamente para denunciar el drama de los que se fueron para hacer el pantano. A Jánovas digo adiós, a Lavelilla y Lacort; adiós, barquitos hundidos, adiós; mi pobre país, adiós, reza el estribillo. Tampoco olvidaron La vela rota, ya referida a la reversión de las tierras; y la Ronda espera que haya una tercera entrega para poner música y letra al regreso de los vecinos. No estaban en la fiesta desde que comenzó el nuevo proceso.
"Ha sido muy emotivo y muy simbólico. El regreso a casa es algo que ellos también persiguen, es el espíritu de Jánovas", explicaba Óscar Espinosa, miembro de la Asociación de Agricultores.
El estado de las calles, con la mayoría de las propiedades derrumbadas, aconsejó hacer pasar la ronda solo por zonas seguras. Tras la celebración de una misa en honor del patrón, la gente siguió a los músicos por la escuela, hoy centro social y el único edificio recuperado, y por Casa Agustín y Casa Castillo, las dos viviendas en rehabilitación. También visitaron un antiguo horno de pan que se está reconstruyendo. Una comida de hermandad y una verbena prolongaron las celebraciones hasta la noche.
Primera cosecha en 40 años
"Aunque la cosa va lenta, podemos demostrar con el inicio de las obras actuales que la intención de los vecinos es volver a Jánovas y hacerlo habitable", señaló Óscar Espinosa, propietario de Casa Agustín, una de las que se están levantando.