El saqueo de las cosechas de almendras obliga a montar guardias nocturnas en el Aranda

Agricultores y sindicatos achacan los robos en Somontano y Campo de Borja al precio histórico que alcanza este fruto seco.

Javier Barcelona, en Tierga, junto al tractor y el remolque que le robaron y que ha podido recuperar.
Javier Barcelona, en Tierga, junto al tractor y el remolque que le robaron y que ha podido recuperar.
Macip

El nuevo oro para los ladrones viene con cáscara. El elevado precio de la almendra –que ha llegado a alcanzar los 9 euros el kilo en pepita– ha hecho que estos hayan puesto su objetivo en las cosechas de este fruto seco. Los robos se suceden desde finales de agosto, cuando comenzó la campaña de recogida en las comarcas que más producen: Aranda, Campo de Borja o Valdejalón, en la provincia de Zaragoza, y en otras zonas como el Somontano, Huesca.


La Guardia Civil ha reforzado las patrullas de vigilancia en fincas y lleva a cabo controles en puntos autorizados de compra. Pero los agricultores afectados creen que sigue siendo insuficiente y, por eso, en zonas como el Aranda o el Somontano se han visto obligados a montar guardias nocturnas en sus naves o se han quedado a dormir en sus furgonetas para vigilar su cosecha de todo el día.


En apenas una semana, el robo de almendras se repitió en tres pueblos muy próximos de la provincia de Zaragoza y prácticamente con el mismo modus operandi. Los ladrones se llevaron primero un tractor con un remolque cargado con mil kilos de almendras de una nave de Tabuenca a la que accedieron por una ventana. Dos días después, repitieron la misma operación en Tierga, el pueblo vecino, a apenas 21 kilómetros de distancia.


En esta ocasión, forzaron la puerta de la nave y se llevaron un tractor que también tenía las llaves puestas y que estaba cargado con 2.200 kilos de almendras. El pasado lunes, los ladrones llegaron hasta Bulbuente y se llevaron, de la misma forma, otros 1.500 kilos de almendras. En todos los casos, los propietarios han podido recuperar los vehículos, que se encontraron abandonados días después en otros pueblos. De la cosecha, ni rastro. Y, de momento, tampoco se ha conocido que haya habido detenciones por estos casos.


La Guardia Civil sí pilló in fraganti a unos ladrones que en la medianoche del 8 de septiembre estaban en un campo de almendros con una vara y con mallas extendidas bajo los árboles para recoger la cosecha iluminados con los focos de la furgoneta en la que pretendían transportarlas. En esta ocasión detuvieron a dos hombres de 37 y 44 años de nacionalidad rumana y vecinos de La Almunia, a los que les intervinieron 350 kilos de almendras hurtadas. En Ainzón también pillaron a un hombre que estaba de noche con un tractor con paraguas –la maquinaria usada para que el almendro vibre y el fruto caiga– por campos que no eran de su propiedad.


Aunque los agentes no facilitan datos sobre la cantidad de robos de este tipo que se han producido en el último mes, sí confirman que están investigándolos para tratar de localizar a los autores de los mismos. Fuentes de la Guardia Civil confirman también que se hacen dispositivos de vigilancia en fincas y lugares que pueden ser objetos de robo, así como que están realizando controles en los lugares donde se comercializa la almendra. Según detallan, se les informa de que si compran almendras de origen desconocido podrían incurrir en un delito de receptación o apropiación indebida.


En algunos de los puntos de venta autorizados con los que ha contactado este periódico insisten en que si no conocen al agricultor –hay muchos casos en los que son socios de cooperativas o repiten llevando su producto al mismo comerciante– le exigen las escrituras del campo o la PAC. En caso de que no tengan ninguno de los documentos, se niegan a recogerles el producto e incluso en algunos casos dan aviso ellos mismo a la Guardia Civil.


El secretario general del sindicato agrario UAGA, José Manuel Penella,explicó ayer que el precio de la almendra este año está siendo "histórico" y que, a finales de agosto, la variedad marcona –la más cotizada– llegó a rondar los 9 euros, aunque esta última semana han bajado hasta los 7,20 euros. El ‘boom’ del almendro, derivado también de la sequía que sufren los campos californianos, principales productores, y de los mercados emergentes de este producto es tal que Penella asegura que hay hasta dificultades para encontrar algunas variedades en los viveros.

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