Aragón

El bebé hallado en el Ecovertedero estaba en el séptimo mes de gestación y nació muerto

La Guardia Civil y los forenses tratan de concretar ahora si el aborto de la madre fue natural o intencionado. No se ha producido todavía ninguna detención, ni se ha localizado el depósito de reciclaje donde arrojaron el cuerpo.

La Guardia Civil pasó el jueves toda la mañana en el Ecovertedero de La Cartuja.
guillermo mestre

La autopsia practicada al bebé hallado muerto el pasado jueves en una cinta transportadora del Ecovertedero de La Cartuja ha revelado que la madre no llegó a dar a luz, sino que tuvo un aborto cuando se encontraba en torno al séptimo mes de gestación y arrojó el nonato a un contenedor de reciclaje. Lo que la Guardia Civil y los facultativos del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) tendrán que concretar ahora es si la interrupción del embarazo fue natural o pudo ser inducida de alguna manera.


El pequeño cuerpo que encontró la operaria del Complejo de Tratamiento de Residuos Urbanos cuando separaba los envases y plásticos del resto de basura parecía estar completamente formado. Sin embargo, la decisión del forense de no pronunciarse sobre el sexo del bebé tras un primer reconocimiento in situ ya sembraron ciertas dudas. Una vez practicada la necropsia, se ha confirmado que se trataba de una niña a la que le faltaban unos dos meses para nacer. De ahí que, como también se apuntó, esta fuera tan pequeña y no diera en báscula ni tres kilos de peso.


El hecho de que la pequeña naciera muerta tiene una gran trascendencia penal, ya que ni a la madre ni a las personas que hubieran podido ayudarle se les podría imputar un delito de homicidio, como autora o cooperadores necesarios, respectivamente. Todo cambiaría si los investigadores de la Guardia Civil, apoyándose en los informes emitidos por los forenses, confirmaran que esa interrupción del embarazo no fue natural sino intencionada. En tal caso, el delito a imputar sería el de aborto, que según los casos, se castiga con penas de hasta ocho años de prisión.


Pero además de las pruebas clínicas, para averiguar si en dicho aborto pudo existir lo que los jueces denominan dolo –en términos coloquiales, intencionalidad– será imprescindible identificar a la madre, algo que hasta ahora no se ha conseguido. Solo entonces se podrían concretar las circunstancias particulares del caso: si el aborto se produjo en un domicilio particular o en un centro clandestino, si fue espontáneo o derivado de un factor externo –consumo de fármacos, caídas, lesiones intencionadas–, etc.


Según fuentes de la Comandancia de Zaragoza, todos los esfuerzos de la Unidad de Policía Judicial se centran ahora precisamente en acotar el lugar donde pudieron deshacerse del cuerpo. Porque conociendo este dato, los agentes podrían hilar mucho más fino a la hora de localizar a la madre.

Buscan el contenedor amarillo

Al Complejo de Tratamiento de Residuos Urbanos de La Cartuja llegan todas las basuras de Zaragoza y otros 61 municipios de su entorno, pero también los plásticos y envases que se depositan en los contenedores amarillos de reciclaje. De hecho, el hallazgo del cuerpo del pequeño se produjo en la cinta donde se seleccionan estos últimos. Como informó este diario, los investigadores han podido concretar además que el material que se hallaba en la citada cinta procedía de los últimos camiones que habían descargado durante la madrugada del jueves en la tolva central. Ello ha permitido centrar algo más la búsqueda, puesto que se conocen las rutas que habían hecho esos vehículos. Pero, aún así, siguen siendo cientos los contenedores donde pudo arrojarse el cuerpo, ya que cada uno de los camiones puede recoger entre 100 y 150 por noche.


Como también se informó ayer, la Guardia Civil tampoco puede descartar que la madre a la que buscan tenga su residencia fuera de la capital aragonesa, ya que uno de los camiones que se investigan había hecho su ruta por las localidades del área metropolitana de Zaragoza.


Una de las esperanzas de los agentes de la Benemérita pasaba porque en algún hospital o centro sanitario hubiera saltado la alarma. O lo que es lo mismo, que la mujer que tuvo el aborto precisara de asistencia sanitaria y hubiera acudido a algún servicio de urgencias para ser atendida. Pero tal circunstancia no se ha producido, lo que obliga a los funcionarios a seguir trabajando en todos los frentes posibles.