Las nacionales 122 y 234 suman el 30% de los accidentes provocados por animales

El Estado matiza que el elevado porcentaje se debe a su longitud y gran densidad de tráfico.

Un corzo, en la cuneta, en la autovía que conecta Soria y Almazán
Un corzo, en la cuneta, en la autovía que conecta Soria y Almazán
M. Castejón

Las carreteras nacionales 122 y 234 aglutinan el 30% de los accidentes provocados por animales en Soria. El trazado de ambas vías suma 265 kilómetros dentro de los aproximadamente 3.500 en que le compone el entramado viario provincial. La N-122, que comunica Portugal con Aragón y discurre por Soria entre Langa de Duero y Ágreda por 150 kilómetros, concentró 145 siniestros por la irrupción de un animal durante el pasado año en territorio soriano. La N-234, que une San Leonardo con las proximidades de Ciria a lo largo de 115 kilómetros, registró 97. En total durante 2014 se produjeron 807 sucesos de este tipo, la mayor parte por atropellos a corzos.


La Subdelegación del Gobierno en Soria defiende que la elevada proporción de siniestros que aglutinan estas dos carreteras se fundamentan en su voluminosa extensión (las dos cruzan la provincia de este a oeste) y en la gran densidad de tráfico que soportan diariamente. De hecho son las dos vías más transitadas en Soria junto a la comunicación de Medinaceli con La Rioja (subdividido ahora su trazado en la N-111 y la A-15). La tercera carretera soriana con mayor volumen de siniestros por animales es la C-116 (El Burgo de Osma-Monteagudo de las Vicarías), con 82 percances en sus más de 85 kilómetros. La cuarta, también propiedad de la Junta de Castilla y León, con 48 accidentes es la SO- que conecta Soria y Berlanga a través de Quintana Redonda. La quinta vía por cantidad de siniestros por animales es la CL-101 (Almazán-Ágreda) con 39 sucesos en 87 kilómetros.


De igual modo, el Estado pide analizar los datos en su conjunto, ya que, indica, ni siquiera una misma carretera ofrece la misma peligrosidad. No es lo mismo, ejemplifican, el riesgo de atropello de un corzo en la N-234 cerca de Almenar, con amplios campos de cultivo y mayor visibilidad, que junto a Navaleno, donde la masa forestal llega hasta prácticamente el asfalto.


En cualquier caso, la subdelegada, María José Heredia, observa, como reconoció a HERALDO, con "mucha preocupación" que lejos de que la situación se controle, "empeora año tras año". La de los animales es la principal causa de siniestralidad en las carreteras sorianas. En 2014 representaba el 70% de los casos (807 de 1.137) si bien en lo transcurrido de 2015 suponen ya el 75% (539 de 727). Tres de cada cuatro.


La institución rechaza la acusación de que no haya puesto en marcha medidas para mitigar la incidencia. Asegura que ha aplicado "todo tipo" de actuaciones correctoras desde que en la década de los noventa estos accidentes empezaron a crecer con fuerza. Entre otras, limitó la velocidad en los tramos más conflictivos como el de la N-111 entre Lubia y Almazán, convertido en autovía. También instaló biondas de protección, colocó barreras de olor, aumentó la señalización de peligro con balizas fotovoltaícas y situó prismas reflectores que ponían en alerta a los animales. Ninguna resultó definitiva.


En una acción "más práctica", según estas mismas fuentes, se convirtió la deforestación a ambos márgenes de las carreteras más castigadas con el fin de ampliar la visibilidad de los conductores. En la línea de solucionar estos problemas y en contra de las acusaciones vertidas por numerosos colectivos, el Gobierno defiende que de la mano con la Junta de Castilla y León, competente en el control cinegético, busca soluciones "complementarias que coadyuven en la disminución del número de accidentes de este tipo".


Para Heredia, la clave de este asunto es el incremento de la cabaña cinegética, tarea que corresponde al Gobierno regional. "Es en el origen y evolución del problema. Es el inconveniente básico: ha aumentado desmesuradamente el número de corzos, jabalíes y ciervos. Sobre todo, de corzos. Las soluciones más radicales y más efectivas pasarían por el control de esta cabaña a través de planes cinegéticos adecuados a cada coto". La Asociación del Corzo Español calcula que en la provincia habitan 30.000 ejemplares.


En las carreteas propiedad del Gobierno, unos 500 kilómetros, se produjeron 306 percances de estas características, el 38%. En las relativas a la Junta (unos 1.000 kilómetros), se contabilizaron 343, el 42,5%. Y en los 2.000 kilómetros de la red provincial, la Subdelegación computa 158 (19,5%).

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión