Una lluvia torrencial inunda los puntos críticos de Huesca por tercera vez este verano

La tormenta descargó 13 litros en solo 10 minutos aunque la ciudad no llegó a colapsarse como en julio. El agua causó daños en Barbastro, Monzón, Binéfar y Benabarre.

El cruce de Martínez de Velasco volvió a quedar anegado durante unos minutos.
El cruce de Martínez de Velasco volvió a quedar anegado durante unos minutos.
rafael gobantes

Trece litros de agua no parecen muchos pero si caen como ayer en Huesca, en solo diez minutos, son lluvias torrenciales. Esta cantidad fue suficiente para volver a inundar pasadas las 19.00, y por tercera vez este verano, los puntos conflictivos de la red de saneamiento: Martínez de Velasco, avenida de Los Monegros y el polígono Sepes.


No obstante, la ciudad no llegó a colapsarse como en las tormentas del 21 y del 31 de julio. En la provincia, descargó con intensidad en Monzón, Barbastro, Binéfar y Benabarre, entre otras poblaciones, que sufrieron afecciones al tráfico o daños materiales como la inundación de locales o la caída de árboles. En Sabiñánigo, cayeron 22 litros en poco tiempo pero no se produjeron incidencias.


"El problema no es la cantidad total sino la intensidad", comentó ayer el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Aragón, Rafael Requena, al explicar el dato registrado en la estación de Monflorite. De hecho, según el Ayuntamiento de Huesca, hasta las 21.00 solo cayeron 15 litros. En Almudévar descargó más (17, hasta pasadas las 20.30), pero no causó daños. Además, el agua llegó acompañada de fuertes vientos, que alcanzaron en Huesca los 107 km/h a las 19.10, la racha máxima del país.


El cruce de Martínez de Velasco de Huesca volvió a anegarse durante unos minutos, aunque esta vez no quedaron coches atrapados. No obstante, "creo que se ha notado la limpieza que se hizo y ha tragado mejor", comentó María Jesús Brosed, desde Comercial Vías, uno de los locales que siempre se inunda y que ayer se salvó por unos pocos centímetros, aunque ya había colocado una tajadera e sellado con silicona la puerta.


El Ayuntamiento activó el protocolo de actuación que se estableció tras la tormenta del 21 de julio, por lo que se vigiló la calle Artes Gráficas, plaza de Santa Clara y las avenidas de Martínez de Velasco, Juan XXIII y Monegros. Esta última y una perpendicular (calle Calatayud) se cortaron momentáneamente a la circulación.


El agua anegó los garajes de la calle Sena (balsas de Chirín), aunque hubo menos locales afectados. Naves del Sepes, como Talleres Germán, que en otras ocasiones se inundaron, ayer también se libraron de los daños. Por otro lado, en el Coso Alto cayeron cristales a la vía pública, aunque no causaron daños personales.


Además, el viento tiró varias ramas y, por precaución, se cerró el parque de Miguel Servet, que hoy se revisará a primera hora para descartar riesgos. Los principales problemas los causaron las hojas que taponaron algunos sumideros, como uno situado en la rotonda del hospital San Jorge.


Corte de la N-123 en Benabarre

La tormenta descargó en Barbastro y Monzón pasadas las 20.00, lo que provocó incidencias en el tráfico. En la capital mediocinqueña, se acumularon varios centímetros de agua, que entró en locales. Además, una breve pero intensa tormenta de aire y agua azotó Binéfar sobre las 20.15.


Como resultado del fuerte viento, que alcanzó 75,6 km por hora según la estación meteorológica local, se troncharon varios árboles, concretamente, uno sobre la carretera que une Binéfar con Esplús. La lluvia fue solo de 11,6 milímetros, aunque en algunos momentos la intensidad superaba los 157 milímetros hora. En Tamarite y otras poblaciones de la Litera se registraron fuertes rachas de viento, pero sin mucha agua.


En Ribagorza, las precipitaciones llegaron pasadas las 20.30 acompañadas por un abundante aparato eléctrico. En Benabarre, fue necesario cortar la circulación en la carretera N-123, ya que el viento tiró sobre la calzada un cable del tendido eléctrico que da servicio a la población, que recuperó el suministro a las 21.00. Bomberos de La Ribagorza, con sede en la localidad, atendieron este y otros avisos por la caída de tejas, rotura de ramas y mobiliario urbano.


En menor medida, el vendaval afectó a Aler, Torres del Obispo o Graus. Por su parte, bomberos del Bajo Cinca acudieron a una granja de Peñalba, donde un rayo provocó un fuego, tras una día en el que tuvieron que suministrar agua de boca a Chalamera por un fallo de presión, que quedó solventado a las 19.00.

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