En la mañana de este miércoles los diferentes responsables de cuerpos de seguridad de la ciudad y el responsable técnico de las brigadas municipales se han reunido con el alcalde, Luis Felipe, para hacer una valoración de los daños causados por la fuerte tormenta que a última hora de la tarde del martes sacudió la capital oscense, dejando 32 litros de agua en menos de media hora, acompañados de granizo y de fuerte viento.

Tras valorar la situación, el Ayuntamiento ha decidido solicitar una línea de ayudas estatales, de las denominadas para situaciones de emergencia causadas por fenómenos de naturaleza catastróficas, a partir de la estimación de los daños sufridos que se ha encargado a los responsables de las distintas áreas de la ciudad que han podido verse afectadas por la tormenta.

Los diferentes servicios de emergencia de la ciudad recibieron más de cien llamadas durante la tormenta y en las horas posteriores, la mayoría por inundaciones en garajes, sótanos y comercios, y por caídas de ramas. En total, fueron 16 los árboles rotos durante el vendabal, en puntos como el parque del Padre Querbes, la plaza de Concepción Arenal o la calle San Jorge y la calle Fraga.

Concretamente, los bomberos recibieron 22 llamadas de mayor gravedad, la mayoría para rescatar a individuos atrapados en sus vehículos, que fueron la prioridad de los efectivos.

Respecto a las inundaciones que se produjeron en determinadas calles de la ciudad y que evidenciaron que los trabajos realizadas recientemente para mejorar el desagüe han sido insuficientes, el alcalde anunció que el Ayuntamiento realizará un nuevo plan de obras para evitar que se repitan en el futuro, centrado especialmente en la zona de Martínez de Velasco y en el polígono industrial Sepes.

Luis Felipe anunció que estas obras no serán simples parches a la situación, sino que supondrán una inversión grande, de carácter “plurianual”.

Ante la posibilidad de que se vuelvan a suceder torementas en las próximas horas, desde el consistorio se ha diseñado un plan para que las brigadas limpien el alcantarillado para poder disminuir en la medida de lo posible las consecuencias. También se ha aconsejado a los particulares que ante una situación así, eviten tener en la calle o en las terrazas objetos susceptibles de ser arrastrados por el viento, como veladores o mobiliario.

Cambio en el suministro de agua

La tormenta también se tradujo en una mayor turbidez del agua procedente del embalse de Vadiello, lo que obligó al consistorio a tomar la decisión de que el suministro a la ciudad se lleve a cabo desde la balsa de Loporzano y el Canal del Cinca.