"Pensionista ofrece 5.000 euros a quien contrate a su hijo en paro"

El anuncio, de 25 palabras, apareció a últimos de agosto en HERALDO. Unas 20 empresas han contactado con el padre, que quiere permanecer en el anonimato.

Imagen del anuncio clasificado.
Imagen del anuncio clasificado.
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“Pensionista ofrece 5.000 euros a empresa que contrate a su hijo en paro”. El clasificado en el diario llama tanto la atención que cuesta creerlo, pero es cierto. Basta con marcar el teléfono que incluye el anuncio para darse cuenta. Al otro lado, Antonio (nombre ficticio) descuelga y, severo, explica la intrahistoria de las 25 palabras impresas en el periódico: “Mi hijo está desesperado. Como padre, no puedo ver su dolor sin hacer nada. Puede que el anuncio me haga parecer indigno pero hace tiempo que perdí la vergüenza”.


Antonio, abogado de profesión, ha pasado media vida trabajando en la Administración Pública en puestos de responsabilidad en Huesca. Hoy vive en Madrid, pero su hijo continúa residiendo en la capital oscense. “He creado muchos puestos de trabajo durante mi carrera”, cuenta. Lo fácil, dice, sería haberse aprovechado de alguno de sus contactos y pedir algún trato de favor pero no lo ha hecho. La ética, apunta, ha marcado toda su carrera.


Poner el anuncio –apareció por primera vez en la edición impresa de HERALDO DE ARAGÓN el viernes 28 de agosto– fue tan sólo un intento más de solventar la situación actual de uno de sus cuatro hijos. Nada que no hayamos escuchado antes en los últimos siete años. De 39 años de edad, con un hijo pequeño, el hijo de Antonio lleva varios meses en el paro. Aún cobra la prestación por desempleo pero la angustia se ha apoderado de él y su sufrimiento, y el de su familia, no hace más que aumentar. “Al principio no le conté que puse el anuncio. Luego decidí ser honesto y decírselo. Se ha enfadado mucho conmigo”, explica Antonio.


Imperturbable, Antonio habla de la situación de su hijo, un chico “cualificado, responsable, trabajador”. Ha estado empleado en varias empresas desde que cumplió la mayoría de edad. Ha ocupado puestos de administrativo e informático. Hace nueve años tuvo un revés en el trabajo del que tardó en sobreponerse y, cuando lo hizo, consiguió otro puesto en el que estaba contento, hasta que años después una lesión complicó su situación y fue despedido.


La crisis económica ha hecho que en los últimos años la sociedad española traspase límites que unos años antes parecían situados en la estratosfera: la frontera de la precariedad, de la desesperación, de la vergüenza. Antonio cree que su anuncio en el diario le resta dignidad, pero la deja a un lado con tal de que su hijo salga de su situación. Este pensionista sabe que la situación por la que está pasando no es exclusiva: se repite a lo largo y ancho de la geografía española y el sufrimiento de muchas familias es superlativo. “Hoy le estoy ayudando porque llevo trabajando desde los 18 años y tengo ahorros de toda la vida, pero yo no voy a estar aquí siempre”, asevera.


Los 5.000 euros que ofrece el clasificado no son una suerte de comisión, tampoco una recompensa. “Lo que pretendo es una colaboración económica. Una ayuda para que mi hijo pueda formar un negocio en el futuro o participar en uno ya existente”, indica Antonio, que se muestra convencido de que en los próximos años el empleo por cuenta ajena va a perder peso en los próximos años.

Dos decenas de interesados

Desde que el anuncio vio la luz en HERALDO DE ARAGÓN ha recibido en torno a 20 llamadas de empresarios interesados en conocer qué había detrás de esas 25 palabras. “Me ha sorprendido que la mayoría de llamadas han obviado el tema económico, que es lo más llamativo del anuncio”, explica. “Hay empresas del sector servicios, de seguros, inmobiliarias... Algunas se han mostrado dispuestas a hacer una entrevista de trabajo a mi hijo”, añade.


Entre las personas que contactaron con él estaba un hostelero de Huesca. Le comentó que su empresa no pasaba por el mejor momento pero que, si su hijo estaba dispuesto, tenía un puesto de camarero asegurado en su negocio. “Me dijo que si en un momento dado encontraba algo mejor no le importaba que se fuera. Me emocionó sobremanera”, cuenta Antonio, a quien las difíciles circunstancias que atraviesan él y su familia le han permitido darse cuenta, al menos, de que aún hay gente dispuesta a ayudar a los demás.

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