Plácido triunfo del Real Madrid
El equipo blanco supera con solvencia al Tottenham y jugará hoy contra el Bayern (20.45) la final de la Audi Cup.
El Tottenham, más rodado en la semana en la que inicia la Liga inglesa, pudo adelantarse cuando Walker encontró una autopista a la espalda de Marcelo para, con todo el tiempo del mundo, poner un pase de la muerte que Lamela envió al cielo de Múnich. Era el minuto 2. Un espejismo. De hecho, el Real Madrid se fue adueñando del partido. Las dudas defensivas en los laterales de Danilo y Marcelo las solventaban con eficacia sus centrales, Varane y Ramos. Modric puso el ritmo e Isco la magia para desequilibrar. Antes del tanto se reivindicó Jesé. Su desmarque lo vio Danilo y en carrera soltó un latigazo que repelió el travesaño. Se sentía con confianza y segundos después sacó un disparo ajustado al que respondió con una bella estirada Vorm.
Entre la superioridad trabajada del Real Madrid llamaba la atención el desajuste de Bale en ataque. A espaldas de Jesé, perdido sin jugar en banda y sin espacios para explotar sus cualidades, con controles imprecisos y perdidas en pases. Demostró que no sabe jugar de espaldas. Bien haría Benítez ubicándole en su sitio natural, la banda izquierda. Los ataques del Tottenham cesaron tras una parada de Casilla, quien sacó con habilidad el disparo de Erikssen. Desde entonces las llegadas fueron blancas. Lo intentó James con un disparo lejano, Bale de cabeza y Modric con un lanzamiento lejano. Al final, nada pudo hacer Vorm ante el remate a placer de James de cabeza, con más de medio gol en el pase medido de Isco.