Tarazona se vuelca con 'su' pediatra, Fernando Rubio

Más de 500 personas arroparon a este veterano médico, reconocido dentro y fuera de la comarca, en la presentación de su libro de memorias,‘De cazador a pediatra’.

Fernando Rubio –en el centro–, con su familia y su libro de memorias.
Fernando Rubio –en el centro–, con su familia y su libro de memorias.
nora bermejo

Más de medio millar de personas arroparon ayer al ya retirado y reconocido médico de Tarazona Fernando Rubio en la presentación del libro de sus memorias, titulado ‘De cazador a pediatra’. El salón del hotel Brujas de Bécquer se quedó pequeño para albergar a todos los asistentes, llegados no solo de la comarca sino también de municipios sorianos como Ágreda, su localidad natal, o Borobia, donde comenzó a ejercer la medicina.


El protagonista estaba muy emocionado con la respuesta del público."Hay tantísima gente que ha venido a acompañarme... es algo que no se espera nunca –destacó Rubio emocionado–. Nunca les he llamado pacientes, son amigos, me he metido en sus casas y también en su corazón y ellos me han respondido hoy".


Entre el público también se encontraba el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, quien destacó que "hay personas que dejan impronta en una ciudad, y Fernando es de esas"."Siempre ha estado al servicio de los demás, nunca ha mirado el reloj a la hora de atender una llamada o petición de ayuda de cualquier vecino", insistió.


El libro narra 67 años de intensa vida y se divide en tres grandes temas: la caza –su gran afición–; la pediatría –empezó a desempeñarla en 1980 y es su pasión– y la medicina general –su vocación–.


Rubio consiguió hacerse un nombre como pediatra y su consulta en Tarazona fue un referente a la que acudía gente incluso de municipios lejanos."Aquí no había tradición pediátrica, prácticamente la implanté yo –contó el protagonista del libro–. Niños que conocí de recién nacidos ahora les veo con sus hijos. Empecé con 35 cartillas sanitarias y me marché por incapacidad con 2.500", recordó Rubio, quien decidió escribir el libro porque es"el mejor legado" que puede dejar"a la familia y sobre todo a los nietos". Y es que los recuerdos se van evaporando con el tiempo, llegando casi a desaparecer."Así, en el día de mañana podrán leer lo que ha sido su abuelo", comentó.


No ha sido sencillo, ya que ha supuesto una tarea de memorización"tremenda", además de "mucha paciencia", pero Rubio se mostró "contento" con el resultado."Creo que es de fácil lectura y mi historia puede ser un ejemplo de trabajo y sacrificio", resumió.

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