Es una imagen recurrente que se repite prácticamente cada verano. Agricultores y ganaderos franceses asaltan y vacían los camiones españoles en protesta por unas condiciones que, en medio de un mercado europeo y globalizado, son prácticamente idénticas a uno y otro lado de los Pirineos.

Los ganaderos franceses llevan toda la semana cortando carreteras y protestando por los precios de la carne, los cuales no llegan a cubrir sus costes de producción. La tensión sin embargo fue a mayores cuando este miércoles fueron atacados dos camiones, uno de ellos del Grupo Jorge y procedente de Aragón que fue detenido en Normandía. “El año pasado le tocó a la fruta y todos los veranos se produce algún altercado. Ahora nos ha tocado a nosotros y es algo que casi está institucionalizado. No se sanciona como se debería y al final ellos lo han tomado como algo recurrente para llamar la atención de sus políticos”, señala José Luis Lavilla, productor de porcino de La Litera y presidente de la Asociación Pecuaria de Huesca.

Y en cierto modo lo han conseguido. El Gobierno francés anunció un plan de urgencias que toca prácticamente todos los apartados posibles en los que ayudar al sector ganadero de su país: bajada de impuestos, aplazamiento de deudas, disposición de créditos blandos y una campaña de promoción tanto interna como externa de su producción. En total, unos 1.100 millones de euros que según el ejecutivo galo son compatibles con las ayudas de la PAC y no interfieren en la supuesta igualdad de condiciones que debe mantener la zona euro.

“Ellos ya se han llevado el gato al agua”, valora José Antonio Campo, responsable del sector porcino de Uaga, carne que junto con el vacuno y el problema general que viven los productores de leche han copado las protestas. “Aquí tenemos los mismos problemas, el precio de la carne de cerdo está unos 15 céntimos por debajo del año pasado y aguantamos gracias al trabajo realizado en los últimos años”, señala.

No en vano, en cuanto a la carne de cerdo la problemática francesa es más o menos reciente. “Francia ha estado unos años dejando caer su producción de carne de cerdo, no apostaron por ella y han visto cómo con la crisis ha subido su demanda”, explica Lavilla. De este modo, Francia se ha encontrado encajonada en medio de Alemania y España, los dos mayores productores europeos de carne de cerdo, y todo ello en un tablero reducido por el veto ruso y la búsqueda de nuevos destinos de exportación. Para hacerse una idea, en 1992 España producía 1,9 millones de toneladas de carne y ahora el sector nacional lanza al mercado más de 3,5 millones, de las que un 9% salen directamente desde Aragón. Por su parte, Francia produce ahora lo mismo que hace veinte años, algo menos de dos millones de toneladas.

Ahora, con las medidas en Francia puestas en marcha, los productores aragoneses piden que el problema no se aísle solo en el país vecino. “El problema reside en el precio que están pagando los grandes distribuidores, los grandes supermercados, los cuales en su mayor parte son de capital francés. Si a los ganaderos les aportan nuevas ayudas y no se aborda el problema de los precios que sufrimos también el resto de productores europeos el resultado es que solo ganan ellos”, reclama Campo, que espera que la Unión Europea afronte el problema a corto plazo, y que el Ministerio de Agricultura también tome medidas ante los ataques a los camiones españoles.

Y es que entre los agricultores y ganaderos españoles queda la duda de qué ocurriría si hicieran lo mismo con los camiones franceses que exportan leche a España, otro sector que también ha vivido con dureza la caída de precios y que cada año tiene que competir contra la producción gala, más barata al contar también con ayudas nacionales.