Lila Downs "El folclore te fija bien los pies a la tierra y te hace más humilde"

Es mágico, maravilloso, se respira un aire único. Recuerdo bien aquel concierto, compartí escenario con Los Tigres del Norte. Estoy segura de que será una noche espiritual.

Viene cargada de ‘Balas y chocolate’. ¿Fue este disco un parto difícil?

Tuve que sacar los temores, la angustia, el dolor... pero también el gran respeto y amor que le tengo a mi país. Lo del chocolate no es casual:en estos momentos constituye un asunto muy singular, el cacao puede desaparecer allá en México, hay una alarma al respecto. Por eso quise asumir la tarea de hablar sobre ello:para mí es una cosa querida. Por otro lado, el disco provoca danza, baile y alegría... y también melancolía:son las sensaciones propias del día de los muertos en mi tierra.

Cada región de México vive esa tradición de un modo diferente. ¿Cómo es en su zona, Oaxaca?

El modo en que se acostumbra a celebrarlo en el norte del país es muy distinto al del sur. En las comunidades indígenas que conocí de niña, el altar de los muertos es súper sencillo, y se establece un diálogo con los ancestros. Mi madre empezaba a tostar el cacao varios días antes del 1 y 2 de noviembre, cuando llegan los muertos. En algunas poblaciones se llega a apreciar una brisita entre las 2 y la 3 de la tarde, cuando ellos aterrizan. Quemamos copal, un incienso resinoso, para que sepan llegar al mundo de los vivos; así podemos celebrar la vida con ellos. No les retamos, preferimos recordar sus lecciones.

Yendo a lo musical, este nuevo disco está entre los más diversos de su carrera.

He recibido influencias fuertes y beneficiosas de mis viajes por Eslovenia, Serbia, Croacia.. nuestro baterista es chileno de origen croata, y ha ayudado a amalgamar sonidos y estilos en este trabajo. Cuando empezamos a grabarlo, arrancamos en Austin y seguimos en México: recibí talleres de música, de teatro, y revisé una obra muy bella, ‘Como agua para chocolate’ de Laura Esquivel, que Alfonso Arau llevó al cine al principio de los años 90. Luego aporté mi punto de vista, mi investigación: nos juntamos con todos los músicos, con comida y bebida, y dejamos que las cosas fueran fluyendo. Creo que siempre trabajaré así a partir de ahora: ¡mira lo que salió! El disco proviene de la fuerza, del orgullo que tenemos dentro los latinos, y también de nuestra amargura y descontento por las dificultades en el día a día.

La puesta en escena de su gira está presidida por los colores...

Sí, hay imágenes especiales para este proyecto preparadas por Humberto Valdez, un artista muy joven y talentoso, que también hizo el arte del disco.

El gran Juan Gabriel figura como vocalista invitado en los créditos:eso es garantía de impacto instantáneo en México...

Con el Juanga hay mucha afinidad, es un personaje importante de nuestra historia reciente. Hablamos y me dijo ‘aprovécheme ahorita, que todavía estoy vivo’: es comiquísimo y lo pasamos bien, resulta imposible no disfrutar con alguien así. Me deja un recuerdo maravilloso, lo mismo que me ocurrió en su día con Chavela Vargas: ella creó un estilo propio dentro de la ranchera y lo permeamos un poco ahora con esta pieza suya. Juanes también estuvo maravilloso ahí: vino y nos fuimos a la montaña, al Peñón del Águila, hablamos de nuestras patrias, de dolor y de fe.

Entre los temas del disco destaca la revisión de ‘Viene la muerte echando rasero’. ¿Por qué eligió esa pieza?

Amparo Ochoa la grabó más larga en los años setenta: se divide en varias secciones y me parece muy divertida, habla de políticos y profesores, un tema que no pierde actualidad. Además, esta canción da cobijo a quien sufre por la situación extrema de nuestro país, ayuda a comprender que todos vamos a morir, y que esa es una idea que puede confortar el espíritu. El folclore te fija bien los pies a la tierra, y te hace más humilde.