Fuentes de Carbunión expresaron su sorpresa por el plan del Instituto de la Reestructuración de la Minería del Carbón conocido la semana pasada sobre la convocatoria de las ayudas, que se distribuirán teniendo en cuenta que el tonelaje de carbón subvencionado sería como máximo el facturado en 2014. Los empresarios ven su producción "limitada arbitrariamente" y sostienen que ese año no debería tomarse como referencia por su "excepcionalidad".

Desde CC. OO. sostienen, sin embargo, que la propuesta ministerial es la solución "menos mala" y que hay que contemplarla de forma global. Carlos Guerrero, de la sección de minería de este sindicato, señaló que como contraprestación "se plantea un incremento de las subvenciones por tonelada de carbón nacional".

"Esta medida es positiva si tenemos en cuenta que el precio del carbón internacional ha descendido notablemente, por lo que a las eléctricas les resultaría más competitivo comprar este mineral en detrimento del autóctono", añadió. Señaló igualmente que el techo de producción de 2014 "parece, en principio, un volumen razonable en vista del descenso de la demanda de energía".

Para Guerrero, el último componente positivo de esta propuesta se referiría al aspecto laboral, al plantear un adelanto de las prejubilaciones de los trabajadores, una medida, que, a su juicio, afectaría, sobre todo, a las zonas carboníferas de León y Asturias, con un buen número de empresas sujetas a expedientes de empleo o a procesos concursales. "Es –dijo el sindicalista– la medida menos traumática posible para salir de un mercado con excedentes". Manifestó, no obstante, que la minería aragonesa de interior se encuentra en una situación ventajosa frente a otras zonas de España. Dijo que la única empresa que dispone actualmente de una mina de interior, Samca, en Ariño, "está preparándose para cuando en 2018 se supriman las subvenciones". Pretende recolocar a los mineros en otras explotaciones exteriores, cuya apertura ya ha solicitado.

El responsable de minería de UGT Aragón, Francisco Montull, reconoció, por su parte, que las ayudas a las empresas mineras recibirán "un fuerte hachazo".