"Si no hay más incendios este verano será un milagro; el bosque es una bomba"

Los retenes y trabajadores antiincendios denuncian sus condiciones de trabajo y la escasa inversión en prevención.

Los brigadistas antiincendios de la BRIF de Daroca se han encerrado en la sede zaragozana de la empresa pública Tragsa.
Los brigadistas antiincendios de la BRIF de Daroca se han encerrado en la sede zaragozana de la empresa pública Tragsa.
V. Millán

Cumplido apenas un mes del comienzo de la fase de “máxima activación contra incendios” el verano de 2015 ya pasará a la historia como uno de los más trágicos en Aragón. Las más de 14.000 hectáreas quemadas a raíz del fuego de Luna, originado el pasado 4 de julio, se encuadran ya como el segundo incendio más violento que ha vivido la Comunidad desde comienzos de los ochenta, solo superado por el que tuvo lugar en Villarluengo (Teruel) en 1994.


Las altas temperaturas de las últimas dos semanas y, según denuncian los trabajadores de los retenes y los miembros de las Brigada de Refuerzo de Daroca (BRIF), la falta de prevención llevada a cabo en el último invierno, han sido “dos factores fundamentales” que si bien nunca podrá conocerse hasta qué punto han sido perjudiciales, “sí que han condicionado mucho el trabajo en lo que va de verano”.


Estos dos colectivos de profesionales antiincendios -los retenes, dependientes de la empresa pública aragonesa Sarga, y la BRIF, de la empresa estatal Tragsa- han trasladado al verano sus protestas después de que durante el año pasado no consiguieran hacer oír sus peticiones, las cuales, grosso modo, reclaman una mayor continuidad laboral y unas mejores condiciones para realizar su labor.


Este miércoles los trabajadores de la Brigada de Refuerzo contra Incendios Forestales de Daroca comenzaban una huelga de tres días -como las otras nueve bases disgregadas por España- ocupando la sede zaragozana de Tragsa. Antes de entrar, uno de sus trabajadores explicaba que "aunque no queríamos, no hemos tenido más remedio que llevar la huelga a estas fechas -las de máxima actividad- para ganar visibilidad”. Permanecerán dentro de la sede hasta el viernes, momento en el que finalizarán los paros para realizar una marcha en el centro de Zaragoza.


Allí estarán también los miembros de los retenes, conductores y trabajadores de Sarga. Un colectivo que en su conjunto está formado por unas 700 personas que el año pasado ya organizaron varias protestas y expusieron sus condiciones laborales ante las Cortes. Este año, pese a haber conseguido un compromiso previo, ninguna cuadrilla trabajará mas de siete meses.


“Nos hemos plantado a mediados de julio con el bosque hecho una bomba”, señalaba este miércoles un miembro del comité de empresa de Sarga, que se encuentra también en periodo de negociación para realizar una huelga en agosto, aunque los paros solo afectarán a las labores en el monte que tengan criterios de productividad y por los que se cobran subvenciones europeas en materia de prevención. “Si hay un incendio obviamente lo atenderemos, pero la empresa debe hacer suya la frase de que 'los incendios se apagan en invierno', con el trabajo preventivo, y no durante el verano”, explica el retén, haciendo referencia a una frase que, curiosamente, Sarga también recoge en su web.


A este respecto, y a pesar de que durante el último curso los dispositivos se han implementado en personal y material, un informe realizado por la fundación por la transparencia de las instituciones Civio cifraba que entre 2009 y 2013 el gasto en prevención de incendios por hectárea había caído en Aragón de los 8,35 euros a apenas 3,60. Casi un 57% menos.


También a este problema se refirió este mismo miércoles el nuevo Consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, quien, en referencia a la previsible huelga, afirmó que es consciente de la existencia de un problema laboral, “que hay que abordar”.Los helicópteros de las BRIF no llegaron a tiempo al fuego de Luna


Más complicada parece la situación de las BRIF. Este cuerpo, fundado a comienzos de los noventa y que depende el Ministerio de Agricultura nació para ser una unidad trasportada por helicóptero que, a través de las diez bases que tiene en la península -la de Daroca cuenta con unos 50 profesionales-, prestara apoyo a la administración autonómica.


Sin embargo, este verano comenzó sin que los helicópteros estuvieran en las bases correspondientes. Un retraso en la adjudicación del contrato por parte del Ministerio hizo que los dos aparatos que se esperaban en Daroca -unos modelos Bell 412 que junto con otras seis aeronaves se han ido alquilando los últimos años a la empresa alicantina INAER por un valor de 6,3 millones de euros - no llegaran hasta el cuatro de julio. El mismo día en el que saltó el incendio de las Cinco Villas y con más de una quincena de retraso sobre el comienzo de la fase de máxima activación de medios.


Según explicaban los trabajadores antes de comenzar su encierro, “uno de los helicópteros no había sido revisado al llegar demasiado tarde y, el otro, tuvo un fallo mecánico”, lo que les obligó a desplazarse por carretera, con el consiguiente retraso.


Ahora, con los helicópteros por fin operativos, la quincena de trabajadores que han acudido a la huelga (los servicios mínimos se han situado en un 75%), esperan que sus condiciones y las de sus compañeros cambien. Este cuerpo cuenta con más tiempo de trabajo que los retenes de Sarga, al llegar a estar contratados hasta once meses al año, pero reclaman también la creación de la figura de Bombero Forestal, no contemplada hasta la fecha, y que se revisen sus salarios y el plus de peligrosidad que tienen asignado en caso de atender un gran incendio, que apenas llega a tres euros por día.

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