Novedades y tradición por el 500 aniversario del Quililay

La festividad se celebra desde 1515. Después de la misa, se repartieron migas y judías para unas 2.000 persona.

El folclore aragonés se hizo presente al terminar la misa.
El folclore aragonés se hizo presente al terminar la misa.
NORA BERMEJO

El sol y el calor se aliaron ayer con la Virgen del Moncayo y pusieron su granito de arena para conseguir que el 500 aniversario de la romería del Quililay fuera todo un éxito de público. Una cita multitudinaria tanto en el reparto de migas a la pastora, que realizó el Ayuntamiento de Tarazona en Agramonte, como en las judías ofrecidas en el santuario por el cabildo de la catedral tras la misa oficiada por el obispo de la diócesis turiasonense, Eusebio Hernández.


"La participación ha sido excelente, no sólo de gente de Tarazona sino también de la comarca, ya que al fin y al cabo es el reflejo de un día de fiesta comarcal para honrar a la Virgen del Moncayo", dijo el alcalde turiasonense, Luis María Beamonte. "Ha sido impresionante ver tanta gente en el Moncayo con un objetivo, honrar los quinientos años del Quililay, que esperemos que continúe la tradición mucho más", añadió el concejal de Festejos, Julio Gracia.


Se repartieron migas para 2.000 personas y se agotaron. Cocineros de Lituénigo prepararon 30 kilos de judías del somontano, y apenas quedaron unas raciones.


"Ha sido un día fenomenal por todo, la participación del público, el fervor que se ha notado y es que había una cosa distinta a años anteriores porque se ve que en la gente ha calado muy hondo este aniversario tan especial", valoró el deán del cabildo, José María Cerralbo. "La misa ha sido muy solemne y el obispo ha estado muy a gusto con todos, a la gente le ha encantado cómo ha quedado la nueva capilla", aseguró el deán.


Para conmemorar este aniversario, se han organizado diferentes conciertos y una exposición fotográfica. Además, ayer se recuperó la procesión de vuelta de los romeros, desde el Crucifijo hasta la catedral de Santa María de la Huerta, donde la Escuela Municipal de Jota Bailada y Cantada realizó una actuación. También pararon en la ermita de San Juan, donde cantaron una jota dedicada al Quililay. "Queremos reivindicar este acto de vuelta, una tradición que creo que vamos a recuperar e instaurar de nuevo en Tarazona", dijo Cerralbo, y es que desde los años 80 no tenía lugar esta procesión.


La primera romería se celebró en 1515, año en el que los campos de Tarazona estaban castigados por una gran sequía que puso en fuertes apuros las economías domésticas de los labradores. Anualmente había que solicitar permiso al cabildo para iniciar la peregrinación y fue en 1517 cuando los canónigos decidieron conceder una autorización permanente para organizarla.


Se dio el nombre de Quililay porque así se llamaba el tambor que marcaba, y continúa marcando, el ritmo de la jornada. Y lo hace con un toque especial que suena precisamente como si quisiese pronunciar esa palabra.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión