El triatlón y Zaragoza, unidos en el Ebro
170 atletas se dieron cita ayer en el embarcadero de Vadorrey con la novedad de la prueba a nado en el río. La organización del evento, "muy satisfecha", pero crítica de cara a 2016.
"Ha salido todo bien y estamos muy satisfechos. Los corredores han encontrado todo en su sitio, bien señalizado, y si ellos están contentos, nosotros también", afirmó a la conclusión Míchel Galay, director del evento.
La prueba constó de 1.000 metros a nado en el río Ebro, seguidos de 21 kilómetros en bicicleta todoterreno (BTT) por el Camino Natural de La Alfranca y finalizó con 6 kilómetros de carrera en un circuito comprendido entre la pasarela del Azud y el Puente del Pilar.
Por su parte, Chus Til fue la vencedora en la categoría femenina. La triatleta oscense, campeona autonómica de esta modalidad en 2014, y que ya estrenó su palmarés de 2015 con el primer puesto en la Triatlón de Ansó, afirmó estar "muy contenta" por la inauguración de la prueba triple en Zaragoza porque, cree, "ya tocaba". Destacó la importancia que para su entrenamiento tienen las pruebas de verano Til disputará los días 17 y 18 de julio el campeonato de España representando a Aragón y las buenas sensaciones experimentadas: "Es un triatlón muy asequible y muy cómodo en todo el recorrido". Til también mostró sus recelos iniciales a la hora de nadar en las aguas del Ebro, pero dejó claro que no le había afectado en absoluto. La enorme ventaja que sacó a sus rivales femeninas fue la confirmación de su comodidad en la prueba de natación.
Le siguió en el podio la joven María Sancho, júnior del Stadium Venecia, que dio el susto de la carrera al marearse nada más cruzar la línea de meta. "Estoy mejor, lo peor ha sido la carrera bajo el sol y con tanto calor. Las pruebas de natación y ciclismo han ido muy bien", tranquilizaba nada más recuperarse. María Teresa Ayala (Europa) completó el podio femenino.
La cara más amarga de esta fiesta del deporte vino de la mano de los cinco abandonos que se produjeron a lo largo de la competición. Iván, con el dorsal número 41, fue el primero en tener que renunciar debido a un pinchazo mientras nadaba. La unidad acuática del cuerpo de bomberos lo trasladó hasta la orilla. "Una pena tener que irme, pero el día es estupendo, el escenario es magnífico y la organización por fin lo ha podido sacar adelante", así se despedía Iván de esta triatlón hasta el año que viene.
Los 40 voluntarios que conformaron el equipo de colaboradores de la competición fueron clave en el desarrollo de la prueba, como Antonio, quien espera poder participar como triatleta en la edición de 2016: "Estoy muy contento, sobre todo por dar el tiempo de cada uno de nosotros para que pueda tener lugar en nuestra ciudad esta prueba tan esperada", manifestaba. Isabel y Silvia son otras dos jóvenes que también participaron en las labores de asistencia a los corredores.
Como buena parte del voluntariado, se enteraron del evento a través de las redes sociales y explicaron la diversidad de cometidos que se les asignó para la jornada: "Controlamos la señalización, el recorrido, los dorsales, el avituallamiento de los deportistas... Nos sentimos realizadas de que todo se haya podido llevar a cabo".
La propia dirección de la Triatlón zaragozana también quiso destacar que el objetivo de desmitificar el río como escenario para pruebas de este deporte o travesías a nado "se había cumplido con creces". Su director tiene igualmente claro que se ha abierto una importante puerta de cara a una futura triatlón "con recorrido ciclista urbano, que reemplace a la bicicleta de montaña y que tenga distancias olímpicas". El Ebro, en cualquier caso, será de nuevo el silencioso protagonista.