El legado del Ballet de Zaragoza, diez años después

El Centro de Danza realiza una labor educativa y de difusión entre escolares de esta disciplina, pero carece de proyectos artísticos.

El legado del Ballet de Zaragoza, diez años después
El legado del Ballet de Zaragoza, diez años después

Parece que fue ayer, pero se cumple ya una década (lo hará el 30 de junio) de la desaparición del Ballet de Zaragoza. ¿Qué queda de aquel sueño que se quebró y dejó a Aragón huérfana de una referencia de danza clásica? El legado más palpable es el Centro de Danza que se creó en 2006, dependiente del Patronato Municipal de las Artes Escénicas y de la Imagen. En sus salas del cuartel Palafox, sus cuatro técnicos de actividades didácticas y técnicas artísticas (exbailarines que son personal municipal) ponen su experiencia al servicio de dos programas para estimular la sensibilidad de niños y jóvenes hacia esta disciplina por los que pasan cada año cerca de 3.000 chavales de medio centenar de centros de la ciudad. Ambas iniciativas, Danza en el Centro de Danza (para 3º de Primaria) y Cine y Danza (para ESO) andan por las ocho ediciones, organizadas por el área de educación del Consistorio. Una de sus recompensas, cuenta la exbailarina Gemma Maldonado, es que "el número de inscripciones en el Conservatorio ha crecido y hemos contribuido a que les pique este gusanillo".


Lo que lamenta Amador Castilla es que nunca han contado con presupuesto para proyectos artísticos propios del centro o para un plan de becas o formación preprofesional. De manera "muy puntual" han promovido alguna obra, como el ‘Stravinsky a la carta’ que montaron en 2012 con el Conservatorio Superior de Música de Aragón y en el que involucraron a 65 estudiantes de Secundaria. El préstamo del vestuario de una treintena de producciones del extinto Ballet es otro de los servicios que se brinda. Lo utilizan de manera gratuita (pagando los portes y su limpieza) compañías profesionales y conservatorios públicos, además de las escuelas y academias privadas de la capital aragonesa. Desde 2006 se han atendido unas 200 solicitudes. La Compañía Nacional de Danza interpretó hace un año en el Teatro Principal la pieza ‘Raymonda Divertimento’ con los tutús de estos fondos.

Compañía residente

Desde el 1 julio de 2005 la compañía de Miguel Ángel Berna ostenta el estatus de residente del Ayuntamiento, un modelo que se puso en marcha para sustituir al extinto Ballet. La aportación municipal se ha visto reducida drásticamente, como en otras expresiones culturales, pasando de 138.000 euros en 2010 a 55.000 hoy. El convenio actual (se renueva cada dos años) tiene vigencia hasta finales de este año. Tanto la compañía de Berna como La Mov ensayan en las salas del Centro de Danza, que están abiertas a otros profesionales.


Una de las últimas propuestas la lidera la que fuera la última directora artística del Ballet, Patsy Kuppe-Matt, que desde 2013 coordina un taller intensivo, Laboradance, del que se han celebrado ocho ediciones con 104 bailarines de diferentes países que durante tres o cuatro semanas reciben clases y asesoramiento para dar el salto al mundo profesional. La defunción del Ballet se prometió paliar con, entre otras medidas, el refuerzo de la programación de espectáculos de danza. ¿Se ha cumplido? Los datos reflejan un descenso de este tipo de montajes, que han pasado de 20 en 2010 (el 21% de la programación) a 16 el año pasado (19%).


El concejal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, avanza que tienen planes para convertir el Centro de Danza en un "vivero" de compañías locales y bailarines de otros países que con becas o residencias puedan crear y colaborar aquí con gente de la tierra. Un proyecto que debe recibir el visto bueno del órgano de fiscalización y participación cultural.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión