Ayer, en el Centro de Historias de Zaragoza, presentó el libro que recopila esas historias de la mano de Edicions Transiberiano. ‘Carasol aragonés’ es su título, el mismo que encabeza sus colaboraciones; algo así como un lugar agradable al sol en la montaña. "Son 320 columnas –comentó–, con las que persigo un objetivo: dar testimonio de la existencia del aragonés y recuperar una cultura tradicional que yo conocí viva y ahora ha desaparecido".

Con este título se inaugura, además, la colección ‘Canfranero’. Uno de sus impulsores, Feliciano Martínez, presentó el acto. "La locomotora sigue su marcha, ahora por la vía del Canfranero, el nombre elegido para la colección de narrativa". De esta forma tan gráfica describió la andadura de la editorial, "que nació en primavera y a veces nos asusta la velocidad que está cogiendo".

Feliciano explicó que la edición de ‘Carasol aragonés’ es digital y los ejemplares se imprimen bajo demanda, "lo que nos da una flexibilidad que otros métodos no permiten"· La página web www.edicionstransiberiano.com también se presentó ayer y solicitando el libro a través de ella está disponible en un par de días.

Manuel Castán, autor del prólogo, glosó la figura de José María y se refirió a él como "uno de los hablantes nativos excelsos que quedan". También apuntó el principal peligro que corre la lengua aragonesa: "La transmisión generacional se está rompiendo y es importante llevarla a la escuela".

Asociaciones culturales como O Bureo están haciendo un gran papel en los últimos años, y de ello dio testimonio su secretaria, Marta Casamayor. También asistió la subdirectora de HERALDO, Encarna Samitier, a quien José María Satué agradeció "la oportunidad que desde 2007 me ha brindado el periódico para ‘ixoriar’ (orear) el aragonés".