Esta situación coincidió con un periodo en el que todavía no se había completado el despliegue y además algunas cuadrillas no estaban completas por las libranzas de algunos de sus integrantes, de forma que alguna de ellas ha llegado a permanecer inactiva durante varios días consecutivos. Fue lo que ocurrió, por ejemplo, con el retén Río Aragón de Jaca entre el 1 y el 4 de junio, según explica Yasmina Redondo, delegada sindical de Sarga, la empresa pública encargada de contratar a los miembros de los equipos de extinción.

En esas fechas, "estuvo parada" porque sus cinco integrantes compensaron fiestas acumuladas. Otros días llegaron a faltar dos personas, por lo que en este caso concreto han pasado dos semanas en cuadro. Si se producían avisos, se movilizaban los equipos del entorno, como el de Sabiñánigo, con lo que el tiempo de respuesta se incrementa considerablemente, más teniendo en cuenta que en el momento en el que se produce una alarma pueden encontrarse trabajando en el monte.

El de Jaca no es el único caso, ya que otros retenes también han funcionado en precario con 3 o 4 componentes, cuando los profesionales consideran que cinco es el mínimo imprescindible para atender una emergencia con ciertas garantías. De hecho, tanto las cuadrillas como los agentes de protección de la naturaleza, al frente de los retenes, recuerdan que hace años cada uno estaba formado hasta por ocho personas, que se fueron reduciendo progresivamente hasta las cinco actuales.

Para la Asociación de Agentes Forestales de Aragón, esta plantilla resulta "escasa para apagar un fuego", por lo que la situación se complica si además falta alguien. La pasada campaña ya ocurrió, pero los profesionales coinciden en que este año se ha agudizado el problema –aseguran que han llegado a salir cuadrillas con solo tres integrantes–, teniendo en cuenta que en las últimas semanas "el riesgo era importante" en muchas zonas. Y el resultado, según Redondo, del sindicato Candidatura Independiente de Sarga, es que "se sobrecarga a otros retenes y el servicio es menos operativo".

Los días libres se acumulan por las horas extras, que fuera del periodo de máxima activación no se pagan, y por las jornadas dedicadas a la formación que deben recibir todos los trabajadores. El modelo del plan formativo se ha revisado este año, "siguiendo una iniciativa que parte del propio operativo", explican desde la dirección de Sarga, de forma que es el propio personal experimentado el que se encarga de impartir los cursos a los nuevos, en lugar de contratar este servicio, como ocurría otros años. Y se hace "en días con índice de riesgo bajo", añaden, y "siempre con la aprobación de la Dirección General de Gestión Forestal". "Ni en nivel rojo ni en rojo plus sería lógico que las cuadrillas estuvieran incompletas", afirman, aunque reconocen que "puede ocurrir de forma excepcional".