Aragón, un ecosistema en automoción

Profesionales de la industria y del mercado del motor, así como representantes de instituciones y centros tecnológicos, debatieron en un foro sobre el sector con motivo del 120 aniversario de HERALDO.

Imagen tomada ayer en las rotativas de HERALDO.
Imagen tomada ayer en las rotativas de HERALDO.
Aránzazu Navarro

En Aragón hay un antes y un después de la instalación de General Motors en Figueruelas, donde en 1982 se lanzó el primer Opel Corsa, pero la decisión de la multinacional estadounidense de ubicar en Zaragoza su única fábrica española se basó en gran medida en la incipiente cultura del metal –con orígenes agrícolas– que ya existía en la región. De esto, de lo que ha ocurrido después y de los retos que depara el sector en el futuro se habló en el inicio de una velada que, organizada por HERALDO en el marco de sus 120 años de historia, se celebró el pasado jueves en el edificio de la rotativa de esta casa y que contó con la participación de representantes tanto de las empresas industriales ubicadas en Aragón, encabezadas por la propia GM, como por los de los concesionarios encargados de poner en el mercado vehículos de todas las marcas. Profesionales determinantes en un amplio sector vinculado al automóvil que es decisivo en la evolución de la economía aragonesa.


Arturo Aliaga, consejero de Industria del Gobierno de Aragón en funciones, destacó en un discurso inicial la creación en la comunidad autónoma de un ecosistema en el que GM es determinante, sí, pero también la actividad de centros tecnológicos, empresas públicas y privadas y organizaciones que trabajan para impulsar actividades relacionadas con las cuatro ruedas en todas sus variantes. Destacó el responsable político el impulso de una industria que es vital para la recuperación de la economía, como se ha constatado en el último año en el conjunto de España, así como de otras actividades relacionadas que han permitido a Aragón destacar tanto dentro como fuera del país. Entre ellas citó la buena marcha de la Fundación del Hidrógeno en Aragón, premiada ese mismo día en Bruselas; las carreras organizadas en Motorland, en Alcañiz, y el impulso a la innovación que se realiza desde el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) o el Centro de Investigación de Consumos y Recursos Energéticos (Circe).


Tuvo también Aliaga palabras de elogio para el Clúster de la Automoción en Aragón (CAAR), cuyo director gerente, David Romeral, destacó en una de las dos mesas redondas que se celebró durante la jornada los desafíos que a su juicio influirán más en el futuro del sector en los próximos años: la logística –"tanto llevar como traer materiales", precisó–, los costes energéticos, los retos de la empresa 4.0 con la introducción de nuevas tecnologías y la formación. Retos que coincidieron en destacar quienes se sentaron con él en la mesa de debate industrial: el propio Aliaga; Salvador Domingo, director del ITA; Aitor Aguilar, de la empresa Mypa; Javier Sanz, director general de Mann+Hummel Ibérica; Pedro Pablo Andreu, director general de Fersa Bearings, y el máximo responsable de General Motors España, Antonio Cobo.


El director de la fábrica de Figueruelas puso el énfasis en sus declaraciones en la importancia de que la planta zaragozana pueda estar a plena capacidad, lo que no ocurre en estos momentos, de ahí la reciente presentación de un expediente de regulación de empleo, pero sí que se prevé a partir de 2017 cuando ya estén en las cadenas de montaje de la factoría cuatro modelos distintos: el Corsa, el Mokka, el nuevo Meriva y el sucesor del Citroën C3 Picasso, vehículo este último que se estrenará en la planta aragonesa en virtud de la alianza sellada por GM con el grupo francés PSA. Antonio Cobo habló del coche del futuro y en la mesa se mencionó de pasada la apuesta en I+D en el sector en Aragón (casi inexistente en productos, aunque más en procesos), si bien Arturo Aliaga insistía en señalar que aquí "hay mucha innovación oculta".


Encuentro de dos ámbitos


Mikel Iturbe, director de HERALDO, destacó en sus palabras de bienvenida a los asistentes la novedad de congregar en un mismo evento a responsables de la industria con los de los concesionarios, ambos impulsores imprescindibles de un sector clave en nuestra economía. Así, mientras entre los más involucrados en la actividad industrial preocupaba especialmente la organización interna de las fábricas y la formación de quienes trabajan en ellas o la competencia global en la que se hallan sus empresas, los vendedores de automóviles hacían hincapié en la recuperación de un mercado que hace dos años tocó fondo y parece estar recuperándose, en gran medida por los sucesivos planes PIVE de incentivación a la compra de coches.


Sobre el apoyo de las administraciones a las ventas de automóviles se habló en la mesa de representantes de concesionarios en la que José Serón, gerente del grupo Cuéllar y responsable de la comisión de Automoción de la Cámara de Comercio de Zaragoza, no dudó en recordar cómo Aliaga les ha apoyado en los daños más duros de la crisis, impulsando el plan 2000-E y las sucesivas ferias Stock Car. En la de este año, reseñó el veterano profesional, "el del stand de al lado vendió 22 de los 27 vehículos que llevó a la Feria de Zaragoza". Con Serón debatieron en una mesa Antón Lacasa, gerente de Pirenauto; Michel Castillo, de Auitomoción Aragonesa; Javier Navarro, de Nissan Arvesa; Víctor Lalanza, de Opel Zavisa;José Luis Cavero, de Renault Vearsa; Miguel Ángel Gallego, del grupo Tecnoebro, y Oscar Martínez de Rituerto, de Sartopina (volkswagen). El optimismo ante el inmediato futuro marcó las intervenciones de los participantes.