La Iglesia española muestra su compromiso con los más pobres

La última instrucción pastoral de los obispos destaca el sufrimiento generado en muchas familias por la crisis económica.

El presidente de la comisión de Pastoral Social, Juan José Omella –centro–, en una reunión en la CEE.
La Iglesia española muestra su compromiso con los más pobres
Á. D./EFE

"Iglesia, servidora de los pobres" es el título de la última instrucción pastoral aprobada por los obispo españoles, en Ávila al terminar la CV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE). El objetivo del escrito es compartir con los fieles, y con quienes quieran escuchar la voz de la Iglesia, la preocupación ante el sufrimiento generado por la crisis económica, social y moral que afecta a la sociedad española, y su esperanza por el testimonio de tantas personas de la Iglesia que han atendido a quienes más han sufrido las consecuencias de la crisis.


El documento está estructurado en cuatro partes: una descripción que analiza la situación actual española; los factores que están en el origen y la explican; los principios de la Doctrina Social de la Iglesia que iluminan la realidad social, y ocho propuestas esperanzadoras que la CEE realiza desde la fe para vivir el compromiso caritativo, social y político.


En la primera parte, los obispos fijan su atención en los nuevos pobres y las nuevas pobrezas. De forma especial señalan a las familias que han sido más golpeadas por la crisis económica. También comentan la situación de muchos jóvenes que no encuentran trabajo, la pobreza infantil, los ancianos, y la situación de muchas mujeres afectadas por la penuria económica. Una situación que despunta de esta descripción es el estado de muchos inmigrantes que "sufren más que nadie la crisis que ellos no han provocado" y realizan una petición a las autoridades nacionales y de la UE a acogerlos y cooperar en el desarrollo con los países origen.


Las causas que los obispos señalan de esta situación es la actual corrupción, que definen como "un mal moral en cuyo origen están la codicia financiera y la avaricia personal". El escrito insta a la regeneración personal y social derivada de un mayor aprecio al bien común.


La segunda parte la dedican a señalar los factores que explican la situación actual y apuntan como determinantes: "La negación de la primacía del ser humano. La técnica que se presenta como panacea para resolver todos los males del hombre. El modelo social centrado en la economía y la idolatría de los mercados".


La tercera parte de la instrucción resalta los cuatro principios aplicables emanados de la Doctrina Social de la Iglesia: "La primacía de la dignidad de la persona. La dimensión de social de los bienes. La solidaridad y el equilibrio entre los derechos y los deberes. El principio de subsidiariedad y el derecho a un trabajo digno y estable".


La cuarta parte de "Iglesia, servidora de los pobres" realiza ocho propuestas esperanzadoras desde la fe para vivir el compromiso caritativo, social y político: Promover una actitud de renovación y conversión. Cultivar una espiritualidad que impulse el compromiso social. Apoyarse en la fuerza transformadora de la evangelización. Profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y la acción social. Promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas. Defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales. Afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión y fortalecer la animación comunitaria para que las comunidades cristianas sean los verdaderos sujetos eclesiales de la caridad.


El documento puede leerse íntegramente en www.conferenciaepiscopal.es.