Comienzan las obras para acondicionar la parte baja de la antigua harinera de San José
La intervención, con la que también se ajardinará un solar de 606 m2, durará unos tres meses.
Las obras de acondicionamiento de la antigua fábrica de harinas de San José llamada a convertirse en un centro cultural comenzaron ayer con "trabajos de implantación», según informó el Ayuntamiento. La intervención, que el Gobierno municipal comprometió con Izquierda Unida para poder sacar adelante los presupuestos de 2015, se centrará en la planta baja y el sótano del edificio y durará tres meses. La reforma de este conjunto, catalogado por su interés arquitectónico, incluirá también el ajardinamiento del terreno que se encuentra sin edificar entre la avenida de San José y las calles de Lapuyade y Royo Villanova. De esta manera, se intervendrá sobre una superficie de 992 m2 y se ajardinará un solar de 606 m2 junto al edificio que compró el Ayuntamiento a través de una permuta hace más de diez años.
En una fase primera se actuará en el sótano, donde está previsto que se sitúen los almacenes, y en la planta baja, dividida en varias zonas y conectada con el jardín exterior. En este espacio tendrán cabida las áreas comunes para talleres, actividades y salas de reunión. Además, se creará un jardín con un espacio arbolado abierto a la calle y destinado a la celebración de actividades al aire libre.
Fuentes municipales insistieron ayer en que no se interviene en el edificio de dos plantas correspondiente al antiguo almacén (el que está situado en la parte más al norte) ni en la acequia que bordea los edificios separándolos de la calle de Royo Villanova. No obstante, en el presupuesto inicial del Ayuntamiento existen partidas presupuestarias para acometer, si así se decide, una reforma mayor. La gestión de este edificio se realizará desde Zaragoza Cultural con la participación directa de las entidades del barrio, que desde hace meses se vienen reuniendo y haciendo propuestas que pueden verse en harinerazgz.wordpress.com. Además, los interesados recuerdan que fue la propia presión vecinal la que, allá por 2003, libró a la harinera del derribo.
