Los graduados aprueban más asignaturas que los licenciados

Las carreras de ciencias puras son casi las únicas que empeoran sus resultados con el nuevo plan.

En la actualidad, los profesionales de estas áreas representan el 1% del total de universitarios.
Los graduados aprueban más asignaturas que los licenciados
Laura Uranga

¿Quiénes aprueban más créditos, los graduados o los licenciados? Muchos son los que han puesto en duda la fiabilidad de las nuevas titulaciones. Los grados equiparan casi todas las carreras a cuatro años de estudios, mientras que en los planes anteriores había grandes diferencias entre licenciados -cinco años de carrera- y diplomados -tres años de estudios-. Sin embargo, en los primeros años de aplicación completa del plan Bolonia ya se ha podido ver que son muchas las titulaciones que parecen mejorar su índice de aprobados con respecto al plan anterior.


“Estamos muy satisfechos porque era una de las cosas que se pretendía lograr con el cambio de estudios, pero todavía es pronto para comprobar si la tendencia se mantiene o es algo puntual”, destaca Miguel Ángel Ruiz, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y antiguo vicerrector de política académica de la institución durante el cambio de planes de estudios. Si comparamos el índice de aprobados de los estudiantes de licenciatura y diplomatura en el curso académico de 2010 y los de grado del año pasado se puede ver que siete de cada diez carreras (que mantienen la misma denominación) consiguen mejores resultados.


No obstante, no todas crecen de la misma manera. “Hay que tener en cuenta que en los mismos estudios dos grupos diferentes pueden tener ligeras variaciones, pero sí que es verdad que hay algunos que han mejorado notablemente su tasa de rendimiento académico”, subraya Ruiz. Este es el caso de los estudiantes de Trabajo Social, que han aumentado más de 30 puntos porcentuales su índice de aprobados, pasando del 57% al 90%. Algo similar a lo que les ha ocurrido a los alumnos de información y documentación, que han pasado del 54% al 83%.


Con un incremento menor, rondando los 20 puntos, se encuentran los estudiantes de Filosofía, Estudios Ingleses y Administración y Dirección de empresas. “Esta mejora se puede deber al hecho de que se ha implantado la evaluación continua en las universidades, lo que proporciona que el profesor vaya controlando la evolución de cada alumno”, sostiene Ruiz. De este modo, como se tienen que ir haciendo varios trabajos, exposiciones, e incluso, exámenes a lo largo de todo un cuatrimestre, el catedrático puede observar las deficiencias de sus estudiantes e intentar solucionarlas. “Por el contrario, antes se hacía un examen final en el que te lo jugabas todo y cuando querías ver cuál era el problema de ese alumno ya estaba suspendido”, recalca.


Al mismo tiempo ha destacado que la obligatoriedad de ir a clase con Bolonia, “no es un factor determinante para que haya más aprobados”. “Los alumnos son ya adultos, personas responsables, el hecho de que ahora se controle un poco más la asistencia a clase no cambia nada”, puntualiza.

Las ciencias, el hueso duro de todos los planes

Durante muchos años se ha comprobado que las carreras de ciencias puras y las ingenierías son las que menos índices de aprobados aglutinan. Sin embargo, mientras que con el antiguo plan los alumnos de Química, Matemáticas y Física superaban el 70% de los créditos aprobados, en la actualidad se quedan alrededor del 60%. “El cambio de 5 a 4 años puede provocar que se haya aumentado el nivel de exigencia, y por consiguiente, no se consigan mejorar los porcentajes”, explica Ruiz. A estas hay que sumar otras titulaciones como Nutrición, Fisioterapia, Geología y Óptica, que también han visto cómo su porcentaje de aprobados se diluía.


Aunque la gran mayoría de las carreras que pierden aprobados corresponden a la rama de ciencias también se puede encontrar algún caso en las ciencias sociales, como la Gestión y Administración Pública, o en las letras, como es el caso de los Estudios Clásicos. “Con la nueva implantación hemos intentado hacer las clases más atractivas, e incluso, reducir el número de alumnos a través de desdobles, pero la falta de financiación para contratar profesores y ampliar el mobiliario ha provocado que no se consiguiera todo lo que nos hubiera gustado”, subraya el catedrático.